Desde tiempos inmemoriales fue un vehículo para activar las facultades curativas, el equilibrio y la unión espiritual.
El sonido ha sido usado por las tradiciones antiguas como una poderosa herramienta para restablecer la conexión con la dimensión sagrada e iluminada que habita en nuestro interior.
Hoy en día importantes estudios científicos nos muestran la manera en que la vibración y el sonido afectan la materia. En el universo todo vibra, es una ley sustentada en el principio de resonancia, la cual designa que es posible modificar frecuencias alteradas a través de la transmisión de otras frecuencias.
Con la medicina del sonido podrás despejar los bloqueos de tu cuerpo, tu energía y tus emociones, así como descubrir las dimensiones más sutiles de tu ser.
El científico japonés Masaru Emoto mostró los potenciales efectos del sonido, fotografiando cristales de agua.
En sus notables experimentos hizo sonar música clásica y canciones folklóricas de Japón y de otros países a través de altavoces puestos al lado de las muestras de agua. Luego congeló el agua para hacer cristales y comparó la cristalina estructura de diferentes muestras.
El agua destilada expuesta a música clásica tomó formas delicadas y simétricas. Cuando las muestras de agua fueron bombardeadas con música heavy metal o expuestas a palabras negativas, o cuando fueron enfocados en ellos intencionalmente pensamientos o emociones negativas el agua no formó cristales y en su lugar se crearon estructuras caóticas y fragmentadas.
Nuestro cuerpo está compuesto por un 70% de agua al igual que la superficie del planeta. Como vemos en esta prueba el agua está viva y responde a nuestros pensamientos y emociones. Se ha demostrado que las emociones tienen su propia frecuencia vibratoria y también que creamos nuestra realidad a través de la vibración de nuestros pensamientos.
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