Causas de polifagia
En algunos casos, este tipo de trastorno está producido por un vacío emocional en forma de ansiedad y estrés, que lleva al paciente a comer de forma cumpulsiva, generalmente, dulces.
En algunos casos, la polifagia también conecta con un estado vital concreto. Por ejemplo, es frecuente que las mujeres embarazadas experimenten un mayor deseo de comer durante el primer y el tercer trimestre. Sin embargo, estos cambios alimenticios están precedidos por los cambios hormonales y las propias emociones de una etapa intensa que se reduce a un marco de tiempo concreto.
Conviene puntualizar que en ocasiones, este indicativo no es una enfermedad en sí misma sino un síntoma del trastorno que lo está produciendo. Por esta razón, es muy importante acudir al especialista ya que es el médico quien a partir de la información facilitada en la consulta y el seguimiento del paciente puede determinar qué ocurre. En ocasiones, este deseo frecuente de comer es síntoma de diabetes mellitus. Es decir, la diabetes no solo puede intuirse a partir del síntoma de tener mucha sed y ganas de beber agua de modo habitual, sino que también puede elevar el hambre. Un diagnóstico temprano es fundamental para evitar que se agrave el problema.
Y en otros casos también puede ocurrir que sea la toma de un medicamento determinado el que está produciendo el efecto secundario de producir un hambre extrema al paciente. Sin embargo, en ese caso, el enfermo no debe suprimir por sí mismo este medicamento sino que es muy posible que sea el propio doctor quien busque un tratamiento complementario.
Además, la polifagia también puede estar únida a trastornos de alimentación graves como la bulimia que requiere un tratamiento integral para que el paciente genere nuevos recursos con los que afrontar esas emociones asociadas a la comida.
La polifagia en cualquiera de sus formas produce un efecto secundario. Y es que, aunque la persona come más alimentos, sin embargo, no los disfruta con tranquilidad. Por otra parte, esta sensación de hambre puede vivirse de un modo habitual, es decir, en forma crónica. O por el contrario, de forma puntual. En ese caso, se trata de un trastorno intermitente. Que sea de un tipo o de otro depende de cuál es la causa que produce el malestar.
La alimentación es uno de los pilares más importantes del bienestar. Es un eje esencial del organismo humano. Sin embargo, en tonro a la alimentación también es posible observar síntomas que están siendo el indicativo de una causa mayor.
También te interesará leer:
Montar en Moto Produce el Mismo Esfuerzo que Hacer Deporte