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La psicóloga, Amaya Fernández, nos habla sobre el Síndrome del Cuidador o Síndrome del "Quemado". ¿Cómo se produce? ¿Por qué?
Vamos a centrar el Síndrome del Cuidador en la ayuda o apoyo domiciliario.
Para hablar del Síndrome del Cuidador tenemos que pensar en todas aquellas personas, que son muchas, que se encuentran en situación de dependencia por diferentes razones.
La población más numerosa que tiene algún tipo de discapacidad son las personas mayores, bien por la propia discapacidad que puede generar un envejecimiento normal o bien porque hay un envejecimiento patológico asociado a alguna demencia (como alzhéimer). Tienen que ser atendidas o cuidadas en casa por una persona o cuidador principal.
También hay que tener en cuenta que hay adultos jóvenes que pasan por la situación de dependencia, por ejemplo, aquellos que han sufrido accidentes de tráfico o laborales y, que, como consecuencia de lesiones medulares o traumatismos craneoencefálicos, tienen que ser atendidos en casa.
Enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple, accidentes vasculares, tumores cerebrales, un sinfín de situaciones de enfermedad que obligan a muchas familias a tener que prestar esos cuidados en casa.
En este contexto, hay un diagnóstico del problema y se produce una respuesta de mucho estrés.
Se entra en lo que se llama una fase de alarma: tiene que haber un cuidador principal, un familiar que se haga cargo de esa situación. Generalmente son las mujeres, por motivos educativos y culturales.
En esa fase de alarma uno tiene que reorganizar su vida, pensar ¿de qué manera puedo atender las necesidades de esa persona?
Normalmente sucede porque hay una dependencia a nivel funcional o físico, el paciente ha perdido la capacidad de valerse por sí mismo, lo que llamamos las actividades básicas de la vida diaria (vestirse, alimentarse, asearse solo) o bien hay una dependencia cognitiva, más bien porque hay una demencia o una alteración de las funciones mentales superiores.
Bien si hay una dependencia física, cognitiva o ambas, tiene que haber una persona que responda y ayude de la mejor manera posible al paciente.
Durante un tiempo, porque estamos hablando de enfermedades crónicas, este cuidador tiene que demostrar una serie de recursos, de habilidades para afrontar esa situación. Se entra en una fase que llamamos de resistencia.
Generalmente el cuidador no solo atiende a ese familiar que ha sufrido ese problema, tiene además otras demandas. Supongamos el caso de una madre que está cuidando a un hijo que ha sufrido un accidente, tiene además otros hijos, un marido, una casa. El estrés va siendo cada vez mayor. Se llega así a la fase de agotamiento.
Cuando se llega al Síndrome del Cuidador es porque la situación es crónica y dura mucho, no es algo puntual, no es una reacción de estrés agudo.
Cuando una persona llega a este punto que te dice "ésta situación me supera, no tengo tiempo para nada, no tengo tiempo para mi, para cuidarme", aparecen una serie de síntomas de desgaste físico y emocional que describimos como el Síndrome del Cuidador.
Conoce las señales de alerta de éste síndrome en la siguiente parte.
Entrevista realizada por Lic. Rosalie Orens
Agradecemos la colaboración de:
Amaya Fernández
Psicóloga,
especialista en
Neuropsicología
y Terapia de Conducta.
Centro Médico de Foniatría y Logopedia
Talavera de la Reina
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