El ejercicio físico es una medicina de salud en la vida de muchas personas, por esta razón, produce un impacto agradable en la higiene mental. Desde el punto de vista profesional, uno de los grandes problemas de la era reciente es el conocido como síndrome del quemado, es decir, el desgaste que experimenta un profesional agotado de hacer lo mismo día tras día en la oficina. Es la desmotivación llevada al grado extremo, la frustración de la falta de sentido en la oficina.
En ocasiones, la persona que se encuentra en este punto no sabe qué hacer para salir de su situación. Sin embargo, el deporte es una medicina que activa cuerpo y mente, por esta razón, no solo alivia los síntomas del síndrome del quemado sino que además, también es una fórmula para prevenir este malestar. Practica el deporte que más te guste.
Este es el primer consejo que puedes poner en práctica ya que existen muchos deportes distintos y no todos tienen por qué gustarte de igual modo. Intenta conectar con una disciplina que te hace sentir bien.
El deporte activa la mente
El síndrome del quemado te hace sentir apagado y sin fuerza. Sin embargo, el deporte multiplica la experiencia de felicidad a través de una práctica con la que vives el presente. Esto es terapéutico porque el trabajador, generalmente, se angustia al pasar tanto tiempo pensando en su futuro en forma de túnel. Por medio del deporte mejoras tu nivel de atención y concentración en el presente.
Habilidades sociales
Muchos deportes te permiten conocer gente nueva, poner en práctica habilidades sociales en un contexto lúdico de disfrute y diversión. Esto te ayuda a relajarte puesto que muchos de los vínculos profesionales están marcados por la competitividad propia de lo laboral.
Superación personal
El deporte es un ingrediente para superar tus miedos y luchar por objetivos personales. El deporte es una actividad que te ayuda a superarte. Algunos trabajadores se sienten frustrados porque ya no recuerdan cuándo fue la última vez que su jefe les felicitó por haber hecho un buen trabajo. Y esta búsqueda de la motivación externa agota y quema en el universo laboral.
El deporte, por el contrario, te ayuda a poner el punto de referencia en ti mismo para practicar ejercicio físico y descubrir que no existe mayor satisfacción que la propia de haber cumplido con la meta que te habías marcado para ese momento. Por tanto, el deporte activa la motivación interna.
Desconectar del trabajo
El síndrome del quemado te lleva a vivir durante todo el tiempo pendiente de tu vida laboral. Por ejemplo, vives toda la semana esperando a que sea viernes y sufres ante la idea de retomar la jornada el próximo lunes. Sin embargo, el deporte es una fórmula perfecta para desconectar del trabajo y ser feliz de verdad. Te permite encontrar un tiempo para ti en el que te alejas de la oficina.