Tengo una amiga que se apuntó a un curso de patronaje y confección. Estaba realmente emocionada y en pocos días se había hecho una falda y un pantalón a medida. Así que se compró dos máquinas de coser de las buenas, que al parecer eran necesarias porque hacen dos tipos de puntadas diferentes.
Sólo que ¿Adivinas lo que pasó? Pues sí, a los dos meses las dejó aparcadas en un rincón. Y, que yo sepa, ahí siguen. Igual la historia te suena de algo, porque suele seguir el mismo patrón: te ilusionas con algo, empiezas a leer todo lo que encuentras en relación con eso y haces un curso, o puede que más.
Pero al poco te desinflas, ya no lo practicas con tanta ilusión e intención y lo vas dejando. Y entonces te preguntas: ¿Por qué? ¿Por qué me cuesta mantenerme yo sola en el camino que quiero?
Esto es algo que nos ocurre muchísimo a las mujeres con el autocuidado. Tenemos intención de cuidarnos, de conectar con nuestras necesidades físicas, mentales y emocionales, y atenderlas. Y lo intentamos. Hacemos un curso de X semanas para tener mejor autoestima. Leemos libros para saber cómo conectar con nuestra ciclicidad y la luna. Asistimos a unas jornadas o vemos unos vídeos sobre mindfulness y meditación para aprender a vivir con más paz interior.
Pero ¿es acaso suficiente para aprenderlo e instaurar un hábito de autocuidado de calidad? Seguramente no. Porque vivir en conexión contigo misma cultivando una vida significativa en tu día a día (cuando probablemente no has tenido referentes en tu vida que lo hagan) no va de objetivos, conocimientos o sistemas Esa no es la clave.
Y hay una cosa que he observado a menudo con alumnas de mis formaciones y es la tristeza que sienten cuando llegan al final de un programa que las ha ayudado e incluso cambiado la vida. ¿A qué viene esa tristeza? Pues porque sienten que se quedan solas. Y, con todo lo que hay que hacer en el día a día, se dan cuenta de que así es mucho más difícil ser firmes, implementar y no abandonar. Porque eso es lo que más cuesta.
La clave para crear nuevos hábitos que vayan a tu favor
Entonces ¿cómo lograrlo? Lee esto con atención porque es la clave (si lo lees dos veces, mejor): Construyendo una identidad propia con todo lo que eres y quieres ser. Y una identidad sólo se puede forjar si estás alineada con tu esencia y con todo su potencial. Sólo si tienes unos valores claros que te van guiando, que cuidas, amas y forman parte de ti.
Por todo esto, para dar respuesta a esta necesidad, el año pasado decidí crear una nueva experiencia anual de autocuidado holístico y sabiduría femenina. Una experiencia multisensorial planteada como un antídoto fácil, ligero, pero sobre todo eficaz para todo esto. Para ayudar a cada mujer que se apuntara a cultivar una relación consigo misma como mujer sagrada que es, creando un estilo de vida real con el que se pudiera identificar y la hiciera sentir segura y luminosa, sin dedicarle casi tiempo y notando resultados a diario.
Por eso, en enero de 2023 nació La senda de la mujer sagrada. Un recorrido de todo un año para todas aquellas mujeres que se sintieran llamadas a un nuevo paradigma donde celebrar el liderazgo espiritual de la mujer para transformar y sanar el mundo y restaurar nuestro merecido lugar.
Porque cuando una mujer encarna su verdadera identidad sagrada y multipotencial, no sólo sana y libera a todo su linaje femenino ascendente y descendente, sino que transforma su mundo a través de transformarse ella.
¿Qué es La senda de la mujer sagrada?
En el mundo antiguo, las mujeres eran iniciadas en las enseñanzas del sagrado femenino para conocerse a sí mismas antes de comenzar su vida adulta. Era un rito de paso necesario para que la transición de niñas a mujeres las empoderara y les aportara seguridad en sí mismas y conexión con su sabiduría interior, ya que sólo cuando nos conocemos a nosotras mismas podemos tomar decisiones sabias y tener confianza.
Ese camino era conocido como el camino de la diosa o el camino de la reina. Pero llegaron los dogmas y las religiones, y esos saberes ancestrales de la sabiduría femenina dejaron de transmitirse. Durante siglos hemos cedido nuestro poder individual, porque ni siquiera nos han dado la oportunidad de descubrir que lo tenemos.
Cada mujer tiene 13 aspectos de lo femenino dentro de ella, 13 ciclos como las lunas de cada año que, si conquista e integra, le dan acceso total a su verdadero poder de creadora de realidad. Y, sin embargo, estamos condicionadas desde pequeñas a copiar las representaciones limitantes de la feminidad que favorecen el sistema.
Pero la verdad es que no tienes por qué elegir entre ser la mujer complaciente y cuidadora o la mujer seductora y explosiva. Puedes aprender a liberarte de todas las máscaras que no te son propias y encarnar tu propia sabiduría femenina, ir profundo, limpiar, sacar, abrir, restaurar, reconocer y aceptar lo que ya eres para por fin ver la pureza de tu esencia.
Este año, después del éxito de la primera edición, llega La senda de la mujer sagrada 2024: un viaje anual con un círculo de mujeres en el que, mes a mes, disfrutarás de conocer, explorar y reconciliarte con todos tus aspectos de sabiduría femenina y decidir desde tu verdad.
Si quieres conseguirlo de un modo fácil y muy placentero, junto a un grupo de mujeres que recorren la misma senda que tú, entonces quizá te interesa apuntarte a la lista de espera para La senda de la mujer sagrada 2024:
LA SENDA DE LA MUJER SAGRADA 2024
2023 ha sido para mí un año de tremendos desafíos. Estar recorriendo la Senda de la Mujer Sagrada me ha dado la oportunidad de responder a estos desafíos más centrada y empoderada de lo que nunca antes he estado, logrando resultados extraordinarios, milagrosos en verdad.
Carla
Este curso ha llegado directamente a mi alma, he sentido mucha conexión con las diferentes mujeres de la senda sagrada que nos acompañan cada mes. ¡Una maravillosa experiencia!.
Rosanna
La Senda de la Mujer Sagrada es un maravilloso camino para ir reflexionando y transformando poco a poco tu día a día. Sin duda, recomiendo mucho esta experiencia; para mí ha sido muy enriquecedora en mi autocuidado diario. Gracias, gracias, gracias.
Noelia