Fuente: revistadonna.clicrbs.com
Sanación y curación parecen términos sinónimos, sin embargo muchos pensamos que son términos diferentes, mientras la sanación viene de dentro la curación viene de fuera. El médico nos puede curar pero sólo nosotros nos podemos sanar.
Ante una enfermedad o desequilibrio emocional, mental, físico; la sanación siempre va a implicar un cambio interno, a veces es darle la vuelta a nuestra vida como un calcetín.
El Dr. José Luís Padilla, hace ya muchos años, describió la enfermedad como un estado de adaptación, adaptación a un estilo de vida, a una dieta, a un medio ambiente, etc. La sanación conllevaría un cambio de estas circunstancias, una nueva adaptación, y aquí radica la dificultad.
¿Estamos dispuestos a realizar todos los cambios necesarios? ¿Somos conscientes de cuáles son los cambios necesarios? Puede ser cambiar de trabajo, de casa, de pareja, de dieta, de ciudad, …. y para muchos, antes morir que enfrentarse a esos cambios.
He leído un interesante artículo de Ana Ortega, “Por qué la gente no se cura: nos cuesta modificar malos hábitos” que haría referencia a lo que hemos llamado sanación, y que incluye tres aspectos donde la gente se queda estancada y llevaría a la enfermedad: vivir en el pasado, tomar el papel de víctima y el miedo al cambio.
Vivir en el pasado
Dirigir el pensamiento y la energía hacia el pasado desvía la fuerza vital de las células y los órganos que necesitan esa energía para funcionar y sanar.
La curación requiere ante todo ganas de profundizar en el interior de uno mismo
Papel de víctima
El perdón no tiene que ver con no culpar a otros de los males que hacen. Tiene más que ver con liberarnos de nuestro papel de víctima.
Yo soy responsable de lo que pienso, digo y hago pero no puedo ser responsable de lo que piensan, dicen o hacen los demás.
Miedo al cambio
Generalmente, la recuperación requiere hacer cambios en el estilo de vida, medio ambiente y relaciones. El cambio suele imponer demasiado, requiere un compromiso por parte del enfermo que nuestra cultura no nos enseña a asumir.
El cambio asusta, y la espera da menos miedo, cuando la única manera de adquirir ese sentimiento de seguridad es entrar en un proceso de reconocimiento de los cambios y llegar a un nuevo espacio: ¡sentirse vivo otra vez!
Y como resumen destaca el compromiso con uno mismo, que significaría la coherencia entre nuestros sentimientos, pensamientos y acciones; ser los conductores de nuestra propia vida y adaptarnos a los cambios que la vida nos vaya proponiendo.
Me ha resultado interesante leer la historia de una persona que hizo “la travesía del desierto” para sanarse, cambiando totalmente su vida.
El artículo se llama “La Enfermedad es un Conflicto”, y a continuación adjunto unos extractos:
Graciasss OSHO
Graciass, a todos y cada uno de todos los que han estado en mi camino… de todos he aprendido, entre el dolor… los miedos… la ira… la tristeza… el desgarro…
la vida me fue llevando y yo… yo luchaba contra todo y contra todos, hasta conmigo misma y todo lo que me ocurría…
No me daba cuenta… me sacrificaba, trabajaba duro me resistía…. y entonces caí… y caí… caí… y en ese décimo subsuelo en el que me derrumbé …
me rendí…
dejé de mirar a los demás… de buscar culpables … comencé a mirarme a mi misma, a mirar todita mi vida… sobre todo mis actitudes, ante lo que no era como yo esperaba… o creía merecer… iban apareciendo tantas Dianas…
entonces todo comenzó a cambiar, abandoné todo mi saber individual… conceptual, mis creencias de lo que creía que era correcto … y… comencé a vivir desde un sentir totalmente nuevo para mi…
En la rendición encontré la libertad.
Muy buena la entrevista a Jon Kabat-Zinn, biólogo molecular, investigador y promotor de Minfulness en occidente, “Si aumentas la conciencia, los cambios en tu vida vienen solos
Abrió la Clínica para la Reducción del Estrés y el Centro de Atención Plena para la Medicina en la Universidad de Medicina de Massachusetts, y desarrolló un programa (Rebap) para la reducción del estrés basado en la atención plena.
La conciencia plena se ejercita prestando atención de manera activa en el momento presente y sin juzgar. Desarrollar la capacidad de abrazar la realidad de las cosas es curativo y transformador, cambia nuestro cerebro, tal como demuestran las investigaciones neurológicas…
Si aumentas la conciencia, los cambios en tu vida vienen solos. Requiere disciplina, pero lo más curioso es que no hay que hacer nada. Lo que propone la atención plena no es que uno cambie su vida, sino que se enamore de ella…
…la relación que mantenemos con nuestro cuerpo, nuestra mente, pensamientos y emociones, instante tras instante, nos aporta, si es la correcta, salud, bienestar y sabiduría. El cultivo de la atención plena es un acto radical de cordura, amor y compasión por uno mismo.
El artículo “¿Por qué desea curarse?” es muy ilustrador.
¿Por qué desea curarse? es la pregunta que un médico amigo del autor le hace a todo paciente, e implica las preguntas: ¿Qué espera hacer con su vida cuando se cure?, ¿Está seguro de que merecerá la pena?
Para este médico,
“las probabilidades de superar la enfermedad aumentan considerablemente, en especial para aquellos que padecen enfermedades crónicas desde hace tiempo. Su curación cobra sentido. Su vida sufre una transformación y ya no sólo puede sanar el cuerpo, sino también su espíritu.
Una vez que el enfermo responde a esta pregunta, la curación puede llegar a acelerarse, y en casos excepcionales, hasta ser inmediata; convierte al enfermo en una persona completamente nueva.”
Cuando podamos ver la enfermedad como un toque de atención que la vida nos da de que el camino que llevamos no es el adecuado para nuestro ser, y que sólo depende de nosotros el cambiar de camino, es muy probable que nos cueste menos nuestra propia sanación.
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