Mi sorpresa fue enorme cuando descubrí que las emociones "servían" para algo más que para arrastrarlas, aguantarlas, soportarlas, experimentarlas.... porque si sirven para algo entonces tengo poder sobre ellas, si las entiendo puedo actuar en consecuencia pero hasta entonces, eran ellas las que se apoderaban de mí a "conveniencia". Os suenan las frases.... "hoy no tengo el día bueno", "estoy feliz y no sé por qué", "estoy que muerdo, mejor te apartas....", "la tristeza se apoderó de mí"...
Las emociones tienen una función adaptativa. Nos dan información útil para comprender mejor la situación y actuar. ¿Qué significa esto?
Pongamos un ejemplo: El miedo, precedido de la ansiedad, aparecen cuando nuestro "sistema de supervivencia" detecta una situación de amenaza o peligro. Activa nuestros sentidos para recoger el máximo de información y "sobrevivir" a esa amenaza. Hoy en día, estas amenazas no son todas de vida o muerte como antaño, sino que son una sobrecarga de responsabilidades a las que no les damos salida, son facturas que no sabremos si podemos pagar, son situaciones de incertidumbre laboral y personal, ..... Este tipo de situaciones desata una cadena de reacciones en nuestro organismo que le aportan la suficiente actividad cerebral y física para "salir sano y salvo" de la situación. Es lo que comunmente llamamos estrés.
Si el estrés aparece para "salvarnos" la vida ¿por qué hay personas enfermas de estrés crónico? Sucede que, o bien la situación sigue sin resolver y el cuerpo sigue generando esas sustancias (adrenalina, corticol....) que están "destrozando" el organismo porque son cantidades mayores de las recomendadas. O bien, la situación se resolvió pero nuestra capacidad de resiliencia (volver a recuperar el equilibrio) es muy lenta por lo que el sistema inmunitario ha quedado "tocado" y nuestra salud también.
El próximo "subidón de estrés" puede estar a la vuelta de la esquina y si no has vuelto a tu estado de equilibrio .... ¿qué crees que le pasará a tu organismo?
Desarrollar hábitos que nos permitan recuperar rápidamente el equilibrio, la tranquilidad pueden mantener nuestra salud en buena forma. Caminar, realizar ejercicios de respiración, de relajación, conversar con alguien de lo que te preocupa, comer de forma consciente.... son algunas ideas que puedes poner en práctica, pero sobre todo, NADIE MEJOR QUE TÚ PARA SABER LO QUE TE TRANQUILIZA Y TE HACE SENTIR BIEN.
Si vives cerca de Santiago de Compostela, el próximo mes de julio realizaremos un taller para profundizar en este tema. Si quieres más información, envíame un mensaje y te informaré con gusto.
Un saludo.
Leticia Díez (Coaching10)