Foto por riel505
He oído muchas veces a las personas hablar de los talentos que tienen y dejaron de disfrutar. Son muchos los dibujantes, músicos, escritores, carpinteros, jardineros, cocineros entre muchos otros; que han quedado atrás para personas que he conocido en mi vida y todo por hacer lo que les genera dinero. Tristemente, una sonrisa suele salir cuando hablan de esos tiempos en los que escribían cuentos, tocaban guitarra o hacían caricaturas de sus compañeros de estudio; pero lo mismo no ocurre siempre cuando hablan de su trabajo.
No estoy en ningún momento negando la importancia de seguir tu vocación y de conseguir el éxito profesional; al fin y al cabo tenemos que buscar la mejor manera de ganarnos la vida. Lo que quiero que no olvides, son los talentos innatos que por el ejercicio de tu vocación profesional y laboral fueron sacrificados. En un artículo anterior hablaba de la importancia de tener un proyecto personal; pero en este momento quiero resaltar el valor de no desperdiciar tus habilidades naturales; eso que haces bien y disfrutas haciendo y que dejaste de atrás por el simple hecho de no tener utilidad económica.
La rutina y el mundo consumista actual nos lleva muchas veces a dar valor a lo que hacemos dependiendo del ingreso que nos genere, aún por encima de nuestra propia felicidad. En muchos tristes casos, esto incluye el sacrificio de la vida personal y familiar. Pero no todo puede ser dinero. Las cosas que disfrutamos hacer y en las que sabemos que somos buenos, son muy importantes para mantener el balance.
El ejercicio frecuente de tus talentos, te lleva a equilibrar mejor tu vida y a recuperar la confianza de poder hacer bien cosas que otros no pueden lograr. Sin pensar en presumir y a veces sin tener que buscar reconocimiento externo, el establecimiento y logro de aquellas metas personales que a veces solo tú consideras importantes, te ayudan a practicar la perseverancia y buscar la sensación de logro que te reconfortará, sin importar lo que piensen los demás. Conozco excelentes ingenieros que preparan unos asados exquisitos y como ellos, personas que tienen un talento natural muy diferente de su profesión.
Mi consejo final es simple; si te gusta escribir, escribe; si te gusta dibujar, dibuja; si te gusta tocar un instrumento, practica; ve y trata de preparar esa receta que hace rato te ha interesado; trata de tocar en guitarra esa canción que tanto te encanta; aprende a dibujar aquel bello paisaje que alguna vez soñaste; pero no dejes eso en el pasado. Piensa que ese don te fue otorgado por un motivo y sólo puedes honrar ese regalo utilizándolo y si te es posible, compartiéndolo. No requieres emprender grandes proyectos ni dedicar demasiado tiempo y dinero; solo buscar aquellos momentos para ti en los que puedas hacer eso que se te da bien y luego disfrutar de lo que con tu esfuerzo y perseverancia has creado. Cuando logres sacar un momento, escribe a ratos, dibuja algunos trazos, prepara de vez en cuando esa cena especial para tus seres queridos etc. Verás que haciendo esto, el resto de tu vida se verá beneficiado y evitarás estar nostálgico por aquello que pudiste hacer y para lo que no sacaste el tiempo.
Quizás, también tengas la fortuna de obtener algún ingreso haciendo eso que te encanta y no sólo eso que solo te gusta o te toca. Nada te cuesta intentar y son muchas las personas que encuentran asegurado su futuro haciendo eso que antes era solo un pasatiempo. De todas formas, al final, aunque no logres dinero de ello, siempre tendrás una compensación emocional que ningún dinero te lo podrá dar. Quedas bien contigo mismo y eso recarga energías para el resto de tu vida. ¡Inténtalo! no tienes que estudiar mucho para ello, naciste con muchos dones que puedes disfrutar; solo practica y busca ser mejor, por ti mismo, por tu salud mental y emocional, por tus seres queridos; no por un pago.