Precauciones especiales acerca de la prescripción de productos de clindamicina para la vaginosis bacteriana
La clindamicina está disponible tanto como una crema como en óvulos vaginales. Este medicamento no debe prescrito por vía oral para la vaginosis bacteriana debido al potencial efecto secundario de este fármaco. Suele producir enfermedades diarreicas muy graves y posiblemente una infección intestinal potencialmente mortal.
El metronidazol presenta ciertas ventajas sobre la clindamicina, por ejemplo, se sabe que la clindamicina no sólo mata a los anaerobios bacterianos que causan la vaginosis bacteriana, también matan a algunas especies de Lactobacillus saludables que sobreviven en la vagina.
Metronidazol, una píldora muy amarga
Prácticamente todos los pacientes que toman el metronidazol pueden experimentar los tan indeseables efectos secundarios del medicamento. Entre ellos se destacan las náuseas, los vómitos y un sabor metálico muy amargo en la boca que persiste durante todo el día. No se debe consumir alcohol mientras se esté utilizando el metronidazol. Generalmente, los médicos evitan su prescripción oral en el primer trimestre del embarazo debido a la preocupación de si este fármaco puede producir defectos de nacimiento. En caso de que los efectos secundarios sean muy fuertes y molestos, se recomienda hacer un cambio de tratamiento.
Es importante aclarar que el tratamiento no debe suspenderse una vez que los síntomas mejoren o desaparezcan, siempre debe ser completado. Es muy frecuente que las mujeres experimenten recurrencias de la enfermedad un tiempo después de haberse curado, esto es normal, pero no por eso debemos restarle importancia. Un episodio de vaginosis siempre requiere un tratamiento adecuado.
Otras opciones de tratamiento
El antibiótico amoxicilina y el producto en crema triple sulfa vaginal también se encuentran entre los tratamientos antibióticos que muchos médicos indican para la vaginosis bacteriana. De cualquier forma, algunos estudios han demostrado que estos tratamientos son menos efectivos que el metronidazol y la clindamicina.
Puntos clave sobre el control antibiótico de esta condición
1. El tratamiento de la vaginosis bacteriana se debe iniciar sólo después de obtener un diagnóstico confirmado, que descarte la presencia de otra infección vaginal co-existente.
2. Una vez que se inicia el tratamiento, se recomienda suspender las relaciones sexuales. Pero en caso de no ser así, la mujer debe alentar fuertemente a su pareja para que use condon. Esta precaución se debe continuar por un mínimo de un mes, y de forma óptima durante tres meses, para evitar cualquier recurrencia.
3. El tratamiento más efectivo en la mayoría de los casos es el uso del metronidazol oral, combinado con fármacos vaginales afines.
4. Para las pacientes que no pueden tomar o no pueden tolerar el metronidazol oral, se debe prescribir otro medicamento que tenga la potencia equivalente para matar las bacterias anaeróbicas vaginales.
5. Para ayudar en la restauración de las especies de Lactobacillus sanos y normales dentro de la vagina se deden considerar terapias médicas alternativas, en particular, los productos probióticos.
¿Qué tratamientos alternativos han demostrado tener éxito en el control de la vaginosis?
Existen varios tratamientos alternativos que complementan la acción de los medicamentos, por ejemplo:
Una ducha de yogurt concentrado con Lactobacillus, una vez al día durante 7 días; luego se espera una semana y se repite el mismo tratamiento por otros 7 días.
Una ducha nocturna con 2 cucharadas de solución estéril de peróxido de hidrógeno al 3% durante 7 días.
La aplicación intra-vaginal de geles acidificantes, 3 veces a la semana durante cuatro semanas.