En tí, como en cada ser humano, hay una dimensión de conciencia mucho más profunda que el pensamiento. Es la esencia misma de tu ser. Podemos llamarla presencia, alerta, conciencia incondicionada.
En las antiguas enseñanzas, es el Cristo interno, o tu naturaleza de Buda.
Hallar esa dimensión te libera, y libera al mundo del sufrimiento que te causas a tí mismo y a los demás cuando sólo conoces el «pequeño yo» fabricado por la mente, que es quien dirige tu vida. El amor, la alegría, la expansión creativa y una paz interna duradera sólo pueden entrar en tu vida a través de esa
dimensión de conciencia incondicionada.
Si puedes reconocer, aunque sea de vez en cuando, que los pensamientos que pasan por tu mente son simples pensamientos, sí puedes ser testigo de tus hábitos mentales y emocionales reactivos cuando se producen, entonces esa dimensión ya está emergiendo en tí como la conciencia en la que ocurren los
pensamientos y emociones: el espacio interno intemporal donde se despliegan los contenidos de tu vida.
Activa tu poder interno con la seguridad de que lograrás lo que deseas. Vívelo y siéntelo como si ya has logrado tus sueños. La ley de la atracción es imparcial a lo que deseas, sólo trabaja según tus pensamientos.
La creación siempre está en curso. Te dará todo lo que digas y en lo que te concentres.
Pon el pensamiento a tu servicio.
EL SILENCIO HABLA
Eckhart Tolle