Tras la relajación inicial, céntrate en el círculo de la respiración, el círculo del aire entre la nariz y pulmones, pulmones-nariz… Síguelo con tu mente, lentamente, de forma acompasada, inspirar… espirar… Poco a poco siente que ese círculo va formando imágenes concéntricas hacia tu interior, formando como un túnel que decides seguir, caminas por él hacia tu interior, ve permitiendo que tu respiración lo siga alimentando, y ve avanzado más y más hacia tu interior… Al final se vislumbra un potente punto de luz, lo que hace que ese viaje sea agradable y que el destino sea un objetivo claro y deseado.
Al llegar escucha si hay algún sonido; tal vez niños, quizás risas o llanto, tal vez sea un lugar de silencio… ¿Dónde has llegado? Deja que poco a poco la imagen se vaya formando y que los detalles vayan apareciendo. ¿Hay algún conocido? ¿Qué sentimientos te produce el encuentro? ¿Te dicen algo? Si no hay nadie puedes llamar a quien desees; puedes preguntarle lo que quieras. Habla de alma a alma.
Continua el camino, ahora estás buscando sueños perdidos, sueños que un día dejaste a un lado. Hagamos las paces con el deseo frustrado, tomando conciencia de que no fueron más que sin sentidos o que vamos a retomarlos. Ve hacia atrás en una linea temporal, sigue caminando y observa tu vida, cuando y porqué renunciaste a un sueño? ¿Te arrepientes?.
En cada parada, en cada evaluación ve vaciando tu mochila de frustración (visualiza que quitas el peso de tu espalda y lo dejas a un lado), porque hoy eres consciente que fue un sueño sin sentido o decides retomarlo.
Cuando acabes el camino dirígete a la salida del túnel con la ligereza que permite esta puesta al día. Cambia la dirección de los círculos de tu respiración y poco a poco ve regresando al momento actual.
Cuando te sientas ya aquí, antes de abrir los ojos, respira profundamente e integra a tu parte consciente las decisiones y experiencias vividas.
¡Disfruta de la experiencia!