El pH mide la acidez o la alcalinidad de nuestro organismo y se puede medir fácilmente con unas tiras medidoras del pH que venden en las farmacias.
Un pH sano, es decir, el tener un medio alcalino en el organismo supone tener un nivel de pH de entre 7,35 y 7,45, de manera que así es ligeramente alcalino.
Lo que sucede es que con un estilo de vida poco saludable, refiriéndonos a una mala alimentación y también al estrés, la ansiedad o la falta de actividad física, hace que estos niveles disminuyan y el pH se vuelva ácido.
La acidez en el organismo es la causante de la mayoría de las enfermedades que se desarrollan entre las que se encuentra el cáncer.
A continuación algunos beneficios del agua alcalina:
La sal de mesa, los alimentos procesados, el alcohol o el azúcar se encarga de producir acidez en nuestro organismo y el agua alcalina al igual que los alimentos alcalinos, nos ayuda a contrarrestar esta acidez.
Es de vital importancia consumir alimentos y bebidas alcalinas, con el fin de que nuestro organismo no se acidifique y por tanto nuestros tejidos y órganos se vuelvan ácidos.
El sistema inmune es el primer beneficiado de beber agua alcalina y nuestras células de nuestro cuerpo también.
Nuestro organismo absorbe fácilmente el agua alcalina y produce mayor hidratación, lo que conlleva además a un mejor estado de salud en general.
Tengamos en cuenta además que el cerebro está compuesto en un 90% de agua.
La mejor estrategia para estar sanos es alcalinizar nuestro organismo, lo cual se consigue entre otras cosas consumiendo alimentos cítricos y especialmente el limón, que a pesar de ser un alimento ácido, en nuestro organismo se comporta como uno de los mayores alcalinizantes que podemos tomar.
El ácido cítrico del limón se descompone en agua y anhídrido carbónico y este pasa a la sangre mezclándose con otras sustancias alcalinas, como el potasio, calcio, sodio o el magnesio, lo que da lugar a los carbonatos que son sustancias altamente alcalinas.
En la receta que vamos a ver ahora, también incluimos sal del Himalaya ya que esta proporciona un gran equilibrio alcalino en nuestro cuerpo pero además de eso ayuda a eliminar los metales pesados que se depositan en el cuerpo y que son tóxicos, tales como el mercurio, arsénico o el plomo.
A continuación una receta casera para elaborar un agua altamente alcalina:
Ingredientes:
-2 Litros de agua filtrada
-1 Limón orgánico
-1 Cucharada de sal de Himalaya (la venden en tiendas de dietética)
Elaboración:
Llenamos la jarra con el agua, lavamos bien el limón y lo cortamos 8 rodajas. Las echamos en la jarra con el agua.
Añadimos la cucharada de sal del Himalaya, tapamos la jarra y dejamos que repose durante toda la noche, a temperatura ambiente.
Al levantarnos bebemos 2 vasos de este agua en ayunas.
Después de que transcurran 30 minutos ya podemos tomar nuestro desayuno.
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