1.-Justificarse con el entrenamiento fuerte para romper con la dieta
Si utilizas como excusa haber realizado una gran sesión de entrenamiento para comerte cualquier alimento NO saludable tipo: bollería, alimientos altos en grasas, etc., esto sabes de sobra que NO ES LO CORRECTO.
Precisamente ya que estás llevando un gran entrenamiento, ¡no lo pierdas!, sigue esa buena línea y acompáñalo con una dieta equilibrada y saludable.
No se trata de controlar absolutamente tu alimentación, por supuesto que puedes darte caprichos, pero que sean eso, 'caprichos', una o dos veces a la semana.
Recuerda que si no llevas una dieta sana y acorde a tu vida activa, estás perdiendo el tiempo y esfuerzo que dedicas a tu entrenamiento, ya que lo más probable es que recuperes, y de una sola vez, esas calorías que habías logrado quemar ejercitándote.
¡No sabotees al cuerpo con el proceso que has iniciado con el entrenamiento!
2.-No hidratarte adecuadamente
Debemos considerar la ingesta de líquido durante todo el día y, en especial, antes, durante y después de un entrenamiento fuerte.
Beber agua y estar hidratado, evita fatiga, mareos, calambres musculares, así como mejora la recuperación post entrenamiento.
Así que, oblígate a beber y mucho mejor si es agua, también puedes acompañarla de sales minerales para una recuperación post ejercicio.
3.-Carecer de constancia y dedicación
La falta de constancia no permite conseguir los resultados positivos y rápidos que se obtienen de un entrenamiento fuerte.
Además, la idea es mantenernos bien físicamente en el tiempo, por lo que hay que hacer de este tipo de ejercicio un hábito de vida.
Si no haces nada durante la semana y de repente el sábado o domingo haces un entrenamiento duro para el que tu cuerpo no está preparado y acondicionado, por ejemplo, 3 horas de partida de pádel, carreras populares, fútbol/baloncesto/voleybol con los amigos, etc., tu cuerpo se resentirá y notarás muchas molestias durante toda la semana posterior.
Sé constante, añade tiempo a tus entrenamientos: 30′ dos o tres veces por semana de entrenamiento + llevar una vida activa, puede ser más que suficiente.
4.-No acondicionar el cuerpo para el entrenamiento, antes y/o después
Con acondicionar nos referimos a antes de comenzar tu entrenamiento, preparar al cuerpo para lo que viene después, es decir, realizar ejercicios de movilidad articular y un correcto calentamiento, para 'avisar' al cuerpo de que a continuación viene el entrenamiento.
Igualmente, después de la sesión, es recomendable realizar ciertos estiramientos, sobre todo de los grupos musculares que hemos trabajo.
5.-Hacer de esto una moda y no un estilo de vida
Muchas veces nos dejamos llevar por la moda y gastamos en vestimenta y calzado en función de una nueva forma de ejercitarnos que consideramos que está de moda, sin considerar que ésta debe formar parte de un estilo de vida para que logremos tener una forma física saludable.
Recuerda que llegar a realizar correctamente ese entrenamiento fuerte sólo puede darse de manera efectiva con la asesoría de un profesional, que pueda orientarte y planificar tu rutina en función a tus característiicas, y necesidad particular.
Así que busca expertos que hagan de tu rutina una experiencia agradable y segura.
Imagen cortesía de NeuPaddy (www.pixabay.com), Todos los derechos reservados
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