Y cuando digo prioritarias no estoy haciendo referencia a importantes, ya que puede haber cosas que sean muy importantes para nosotros pero no prioritarias y viceversa. Me explico. Quizás tu familia sea lo más importante para ti, pero si no tienes dinero para comer, es decir, para cubrir una necesidad básica, tendrás que elegir lo prioritario primero, que en este caso es comer por delante de estar las 24 horas con tus hijos. Y al revés, a una prioridad como es el comer, no le damos la importancia que tiene, y si no, dime, ¿cuánto azúcar y/o alcohol le metes al cuerpo?
Pues bien, en este artículo me gustaría hablar un poco sobre cómo nos llevamos las personas con esta pareja “prioridad-importancia” y cómo nos puede ayudar a tomar decisiones. Os dejo a continuación varios puntos:
La importancia como motivación subjetiva
Si haces una lista de cosas que son importantes para ti, seguro que puedes escribir hojas y hojas. En definitiva, si empiezas a arañar un poco, cada vez te vas dando cuenta de cuántas cosas son importantes para uno.
Ahora bien, si te pregunto el motivo por el que son tan importantes cada uno de estos elementos que has escrito, ¿qué me responderías? Pero todavía más, ¿qué hace que sean tan importantes? Por ejemplo, puedo decir que la familia es lo más importante para mí porque me da seguridad, afecto y apoyo, pero ¿por qué son tan importantes estas tres cosas para mí? Es ahí donde quiero llegar.
Y para ello no nos queda más remedio que investigar dentro de cada uno esa última motivación y enfrentarnos al hecho de saber en qué grado es importante cada motivación.
Lo prioritario como motivación objetiva
Cuando hablamos de prioritario estamos haciendo referencia normalmente a algo que es imprescindible para poder seguir viviendo. Si decimos que aprobar un examen es prioritario, no es cierto siempre y cuando no haya alguien esperando a pegarnos un tiro si suspendemos, claro.
Si te das cuenta, lo que pretendo en este artículo es hacer una distinción que nos ayude a tomar decisiones, por lo que no pido que estés de acuerdo con el planteamiento que te ofrezco, pero sí que tengas en cuenta cómo te puede beneficiar.
Así, podemos tener más clara ahora esta distinción entre “prioridad-importancia” diciendo que la prioridad apela a una necesidad básica para vivir y lo importante tiene una motivación de gran peso psicológico no vital.
Cuando lo importante es lo prioritario
Y claro, de aquí surge una cuestión que lleva intrigando al ser humano desde que empezó a plantearse el origen de las cosas, incluidas nuestras decisiones: ¿por qué muchas veces elegimos lo importante sobre la necesidad?
¿Qué es el heroísmo o el altruismo? Aquí estaríamos hablando de la grandeza y la debilidad del ser humano: en definitiva, no deja de actuar como un ser vivo que puede ir en contra de sus prioridades vitales por algo tan importante como una idea que no deja de llevar aparejada un sentimiento.
Para lo que nos proponemos aquí, lo que tendremos que tener claro es qué sentimientos tenemos detrás de esas ideas que anteponen lo importante por delante de lo prioritario y analizar cómo nos sentimos con esos sentimientos.
Sentimiento culpabilidad
Una de las consecuencias de no tener suficiente claridad entre lo importante y lo prioritario es que podemos llegar a tomar decisiones que nos pueden hacer sentir culpabilidad.
¿Te ha pasado o conoces algún caso de tener que dejar de dar el pecho al niño porque se acabó el período de lactancia? Como ves, es difícil determinar qué es importante y qué es prioritario en algunos temas, pero para ayudarnos a tener claridad, te remito a lo que ya he comentado: investiga cuáles son las motivaciones más profundas que hay en cada alternativa y elige aquella que te hagan sentirte mejor. Recuerda que siempre puedes contar con un profesional para conseguirlo.