En esta entrada he querido ponerme en la piel de los pacientes para tratar de entender lo que ellos podrían pensar en función de lo que hacemos los fisioterapeutas cuando interaccionamos con ellos, para así poderles explicar que algunas veces lo que piensan se aleja, y mucho, de la realidad.
Lo que a continuación voy a escribir es algo que me gustaría que tanto amigos como pacientes leyeran antes de hablar de nosotros. Esto siempre lo he imaginado colgado del tablón de anuncios en las salas de espera de las clínicas de Fisioterapia, porque tendría entretenido al paciente sin necesidad de tener que comprarles revistas del corazón y, además, nos ahorraríamos más de una explicación. Claro está que esto no es atribuible a todo el mundo, pero sí a unos cuantos.
Comencemos pues…
El fisioterapeuta no te mira de arriba abajo porque esté falto de cariño, lo hace porque con la observación de tu forma de andar se puede obtener mucha información.
El fisioterapeuta no te habla sobre el dolor de la manera en la que lo hace porque crea que estás loco, lo hace porque está demostrado que te ayudará a recobrar la salud.
El fisioterapeuta no se dedica a dar masajes a chicas/os guapas/os todo el día, hacemos pocos masajes y lo de chicos/as guapos/as se aleja bastante de la realidad, de todo hay en la viña del Señor.
El fisioterapeuta no te pregunta la edad porque quiera saber si es parecida a la suya y quizás se piense pedirte una cita, sino porque en función de la edad que tengas eres más propenso a padecer unas enfermedades/lesiones u otras.
El fisioterapeuta te explica tu dolor en vivo y en directo, porque está demostrado científicamente que la interacción con el paciente es fundamental, mientras que si diéramos información vía correo electrónico (por ejemplo) el resultado sería inexistente.
El fisioterapeuta no quiere saber a qué te dedicas para cerciorarse de que puedes pagar la consulta, tu ocupación podría estar influyendo negativamente en tu lesión o, incluso, ser la causa.
El fisioterapeuta no quiere saber tu estado de ánimo para saber si estás loco, sino para saber si eso puede estar influyendo en tu dolencia.
El fisioterapeuta no quiere saber los hobbies o deportes que practicas para ver si puede echar un partidillo de fútbol con tus amigos, la clave de tu lesión podría estar en relación con tu actividad física.
El fisioterapeuta no te pide que te quites la camiseta porque esté falto de amor, sino porque todavía no tenemos superpoderes para ver a través de la ropa.
El fisioterapeuta no te da una hoja de ejercicios porque los árboles abundan en nuestro ecosistema y hemos de erradicar su existencia, es para que no te olvides de los ejercicios que tienes que hacer.
El fisioterapeuta no te toca el cachete/glúteo para ver si tienes un buen cojín en el que sentarte, en esa zona hay muchos músculos y muy importantes, sin mencionar otras estructuras como nervios, ligamentos, etcétera.
El fisioterapeuta no se niega a tratarte vía telefónica o en la sección comentarios de un blog porque sea un sacacuartos o un antipático, la ciencia que nos permita palpar a kilómetros de distancia todavía no se ha inventado, a eso se le llama tener ética profesional.
El fisioterapeuta no se alimenta del aire, dar consejo y prescribir ejercicio tiene como base mucho estudio, no es una simple charleta.
El fisioterapeuta no te aconseja ir al podólogo porque sea un amiguete y le vaya a invitar a unas cañas después, cree que es la mejor opción para que te recuperes de tu lesión.
El fisioterapeuta normalmente no va a las distintas ciudades de su país de visita turística, va a formarse para ser capaz de ofrecerte el mejor tratamiento posible.
El fisioterapeuta no es un singracia porque no quiera quedarse de charleta después del tratamiento, tiene otro paciente detrás al que le debe respeto (ser capaz de cumplir con la hora de las citas es una arte que el fisioterapeuta ha aprendido a dominar a base de experiencia y, a veces, tras muchas miradas asesinas del paciente; en Andalucía, ocasionalmente, sería más un pisha que vas tarde, contento me tienes, bueno ya me lo pagas con una cañita).
Téngase en cuenta que lo anterior ha sido escrito con todo el respeto del mundo y para explicar a algunos pacientes el porqué hacemos lo que hacemos.
Las imágenes son adaptaciones de dominios públicos de Pixabay.
.