¿Qué es?
El cáncer de mamas es una enfermedad maligna que aparece y se desarrolla en la glándula mamaria debido a cambios genéticos en el ADN de las células que la componen que determinan que estas se reproduzcan descontroladamente e incluso puedan migrar hacia otros tejidos.
¿Por qué se produce?
No se sabe exactamente, pero se han definido ciertos factores de riesgo predisponentes:
1. Ser mujer.
2. Tener entre 40 y 70 años de edad.
3. Ser portadora de mutaciones de los genes BRCA1 o BRCA2.
4. Tener antecedentes familiares por línea materna de cáncer de mama.
5. No haber parido y/o primer parto después de los 30 años.
6. Menarquia precoz y menopausia tardía.
7. Obesidad, sobrepeso y/o una dieta alta en grasa.
8. Tabaquismo y consumo de alcohol.
¿Cuáles son los síntomas?
Algunos síntomas de las etapas avanzadas son:
- Tumoraciones en mamas o axilas.
- Cambio en el tamaño, forma o textura de las mamas o el pezón.
- Secreción de líquido proveniente del pezón.
Sin embargo en etapas tempranas no se presentan síntomas.
¿Cómo se diagnostica?
Por medio del examen físico del médico que incluye la completa exploración de la mama, además de una mamografía y, si fuera necesario, una ecografía mamaria. Si hay sospechas de un cáncer mamario, se utiliza además la resonancia magnética o la biopsia para el análisis en laboratorio del tejido sospechoso.
Al ser confirmado el diagnóstico se deberá investigar también si la enfermedad se ha diseminado hacia otros territorios.
¿Cómo se trata?
El tratamiento se define de acuerdo a cada caso, pero en general incluyen cirugía, radioterapia y/o quimioterapia con el fin de eliminar las células cancerígenas e impedir que se vuelvan a desarrollar.
¿Qué podemos hacer al respecto?
El pronóstico de esta enfermedad depende en gran medida de la etapa en la que sea detectada. La detección precoz es la clave del combate contra el cáncer de mamas y muchas veces determina el éxito del tratamiento. Por esta razón lo más importante es: en primer lugar informarnos a nosotras mismas y a las personas que nos rodean especialmente de los factores de riesgo y en segundo lugar mantenernos alerta de los cambios de nuestro cuerpo que pueden indicar los síntomas. Para esto último una buena práctica es el Autoexamen Mamario que puede servir para detectar tempranamente cualquier alteración que esté apareciendo. Además se recomienda una mamografía basal a los 35 años y luego una anual a partir de los 40.
Finalmente las invito a hacerse responsables de su salud: infórmate y corre la voz. Los dejo con un vídeo realizado en Chile acerca de la importancia de dar a conocer esta enfermedad.