Uruguay ocupa el primer puesto de América Latina en incidencia de éste tipo de cáncer y se ubica cuarto en el ranking mundial. Recopilamos las preguntas más frecuentes que se hacen las mujeres y sus familiares. Estas son algunas de las respuestas:
El cáncer de mama es un tumor maligno que se puede dar en cualquiera de las dos mamas o en ambas a la vez.
Los factores de riesgo pueden ser dietéticos (abuso del alcohol y grasas), hormonales (uso prolongado de tratamientos hormonales postmenopausia o anticonceptivos más de cinco años en menores de 40 años) y ambientales, entre otros.
No necesariamente el cáncer de mama es hereditario. Tan sólo entre un 5 y un 10 por ciento de los casos se deben a cánceres familiares.
Un test genético positivo al cáncer no quiere decir que se vaya a desarrollar la enfermedad, pero si aumenta la probabilidad: se puede estrechar la vigilancia, uso de fármacos preventivos o aplicar cirugía de extirpación.
Se previene con medidas higiénico-dietéticas, detección precoz y valorando situaciones de riesgo genético.
Se diagnostica en la revisión ginecológica con la exploración de mamas, técnicas de imagen habituales (mamografía, ecografía..) y otros estudios complementarios como TAC, resonancia magnética…
La punción o biopsia permiten tomar muestras para el estudio histológico del tumor y posterior actuación médica.
Se trata con cirugía radical (extirpación completa de la mama) o conservadora (se extirpa el tumor con márgenes de seguridad) y se puede complementar con radioterapia, quimioterapia y otros fármacos.
La técnica del ganglio centinela analiza el primer ganglio por ser éste el primero al que afecta las células tumorales. Si está libre, se evita extirpar toda la cadena.
La reconstrucción mamaria utiliza tejidos humanos o protésicos para rellenar la extirpación y no dañar la imagen corporal de la mujer. Se puede hacer en el mismo acto quirúrgico o tras recibir el tratamiento. No interfiere en la evolución de la enfermedad, ni en la mamografía.
La radioterapia que se aplica en el cáncer de mama puede ser externa (mediante un acelerador lineal y se divide en un número de sesiones) o braquiterapia (colocación temporal de un isotopo radiactivo en contacto con el tumor).
El tratamiento sistémico consiste en la administración de fármacos que actúen contra las células malignas o tumorales. Existen tres tipos: quimioterapia (destruye las células tumorales), hormonoterapia (bloquea la producción de estrógenos y progesterona que favorece el crecimiento de algunas células malignas) y tratamientos “antidiana” (que se dirigen a una parte o proteína específica de la célula impidiendo su crecimiento).
No siempre se cae el pelo con la quimioterapia, depende del tipo. Pero al cesar el tratamiento, el pelo crece de nuevo. Otro efecto secundario son los vómitos, aunque actualmente se consigue frenarlos con fármacos antieméticos potentes.
También hay tumores benignos como el fibroadenoma que sólo en caso de antecedentes directos de cáncer de mama puede tener riesgo. Otras enfermedades de la mama como la mastopatía fibroquística no predisponen a padecer cáncer, sin embargo, la hiperplasia atípica es precancerosa. Mastitis, quistes, lipomas, etc…son benignas.
Los hombres también pueden padecer cáncer al tener tejido mamario, pero no desarrollado. Se estima que de cada 100 casos diagnosticados, uno sería de varón.