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Si bien la parte de la creación es apasionante, también es cierto que aunque lo consigamos, nuestra mente puede jugarnos una mala pasada a la hora de tomar acción, me refiero a la procrastinación, es decir a la postergación de aquellas cosas que sabes que tienes pendientes, pero que no haces, más allá de que te guste hacerlas. ¿Pero, por qué no las haces si te gustan y además te acercan a tu objetivo? Porque no somos seres simples, tenemos mentes complejas que ocultan voluntades inconscientes que, a cuenta de equilibrar ciertos procesos, ofrecen un resultado que a nivel consciente no comprendemos. Es como un síntoma, y el síntoma es a su vez una metáfora de algo que no funciona bien, y si no puedes nombrarlo, lo plasmas en tu conducta y se convierte muchas veces en una tendencia, pues no puedes parar de hacer o de no hacer aquello que sabes que no debes o que sí debes hacer respectivamente.
Para ser más clara, ¿te has apuntado a algún curso o clase o gimnasio porque querías lograr un objetivo y aún así no asistes? Sabes que es bueno para ti, disfrutas haciendo esa actividad, has pagado para realizarla y aún así no vas. Esto es la procrastinación. Una de las razones por las cuáles te sucede esto puede tener origen en conflictos no resueltos y en sus consiguientes emociones atrapadas. Pero… ¿Cómo superar este problema? Si bien me considero una persona bastante mental, sí que me abro a nuevas alternativas que puedan ofrecerme soluciones. En mi caso yo tenía otro problema, no el de la procrastinación, pero si uno cuyo mecanismo responde a los procesos a los cuales hago aquí referencia: Ese querer hacer desde la voluntad consciente y no conseguirlo a causa de otra instancia más fuerte que la consciencia, el inconsciente. Él puede albergar emociones y adjudicarle cierta programación a nuestra mente con miras a proteger nuestra consciencia, pero puede que el efecto secundario sea vedar tu proactividad o algo peor, te cuento mi caso:
Llevo más de una década viajando por el mundo, en uno de esos viajes tuve una experiencia estresante a nivel personal que hizo que me bajara de un avión transatlántico cuando estábamos apunto de despegar, y como consecuencia de aquel bloqueo después sólo podía viajar acompañada o medicada. Decidí ponerle fin a esa situación ya que de movida, ni siquiera resido en el lugar donde nací, por lo cuál cada año hay en mi agenda un vuelo de 12 horas con su pertinente regreso. Probé diversos métodos como Tapping, psicofármacos, terapia psiquiátrica, pero nada de esto me funcionó. Un día encontré una solución que voy a compartir desinteresadamente, ya que es completamente gratis y no tan sólo aplica para volar en avión, sino para cortar con cualquier proceso que esté generándote una molestia o limitación en tu vida. Si quieres conocer la solución que yo encontré puedes verla en este video:
Confío en que te haya sido de utlidad, tanto como lo fue para mí.
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Este artículo es original del Blog de Salud Webcenter Salud Webcenter
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