La perspectiva que tomemos frente a un problema es fundamental:
Supongo que alguna vez has escuchado que la perspectiva desde donde miremos las cosas es importante ¿verdad?.Cuando estamos preocupados y le damos muchas vueltas a algo sin llegar a ningún sitio suele venir bien un cambio de perspectiva.
Un aspecto importante es que para poder cambiar la perspectiva frente a algo, reencuadrarlo, buscar otras visiones, es necesario que haya una cierta distancia.
Haciendo un experimento práctico:
Estira tus brazos hacia adelante con las palmas de tus manos mirando hacia ti ¿Que ves? .. Ahora dobla los codos y acerca tus manos a tu rostro hasta que las palmas casi toquen tu nariz. ¿Ahora que ves?
Lo mismo pasa con nuestros pensamientos.
Nuestros pensamientos negativos y preocupaciones a menudo nos hacen sufrir más de la cuenta: siendo intrusivos, recurrentes, exagerados.. Nos sentimos dentro de una "nube" que, valga la redundancia, nos nubla toda la visión y no podemos disfrutar de otras cosas o ver más allá.
¿Qué podemos hacer para cambiar de perspectiva?
Viviendo mis pensamientos en primer plano:
Cuando estamos "dentro" de nuestros pensamientos, solemos creer que todas las preocupaciones se harán realidad, no vemos las cosas en perspectiva: sino que vemos de manera magnificada aquello a lo que le estamos dando vueltas. Como cuando tenemos las manos cerca de nuestro rostro. Además no nos deja apreciar otras cosas que hay a nuestro alrededor.Supongo que a todos nos ha pasado el estar tan ofuscados en nuestros problemas que no nos damos cuenta de lo que le está pasando o de cómo se está sintiendo la persona que tenemos al lado, nos cuesta "salir de nosotros" y mirar al resto del mundo.
Recuerdo una vez, hace ya muuuchos años, cuando iba a la universidad, en la que me sonó el despertador: y me levanté pensando en la conversación que había tenido el día anterior con el chico que me gustaba, dándole vueltas... y me dirigí mecánicamente a mi Facultad para acudir a clase mientras pensaba en todo ello... eran unos 20 minutos andando: y hasta que no llegué a la puerta de la facultad y me la encontré cerrada no me di cuenta de que era un día festivo. Sin embargo tenía calendario en casa, y de camino podría haber observado la poca gente que había, el poco tráfico y las tiendas cerradas.. pero no vi nada de esto, estaba "a lo mío".
Está muy bien concentrarse en algo, focalizarse cuando es necesario.. eso es productivo: cuando realizamos una labor creativa, estudiamos, leemos.. pero abstraernos del todo en nuestras películas mentales tiene sus riesgos... a veces nos abstraemos y nos zambullimos en tormentas de ideas que vivimos "en primer plano" durante demasiado tiempo sin dejarnos ver lo que hay alrededor.
¿Os ha pasado el tener un problema y no poder pensar absolutamente en otra cosa? ¿e incluso todo relacionarlo con eso?
¿El vivir las cosas tomándotelas "a pecho", siendo incapaz de distanciarte emocionalmente (por ejemplo en el trabajo)?
¿Os habéis sentido enganchados o completamente hundidos dentro de una preocupación o pensamiento (normalmente negativo) dándole vueltas a lo mismo una y otra vez y sufriendo?
Si es así: probablemente estáis mirando a esos pensamientos desde muy cerca, en primer plano.
Hay que alejarse un poco para ver en perspectiva y salir de esa nube que no nos deja ver otra cosa. De hecho el tomar perspectiva a veces ayuda a encontrar soluciones: Cuando llevamos mucho tiempo dándole vueltas a algo a veces llegamos al bloqueo total, ya no pensamos con claridad: entonces es mejor distraer nuestra atención en otra cosa, normalmente esto ayuda y al volver a pensar en el problema podemos analizarlo con más claridad mental.
¿Qué podemos hacer para tomar esa distancia?
No te creas todo lo que piensas: En primer lugar ser conscientes de que nuestros pensamientos son eso: pensamientos. No son la realidad. Nuestros pensamientos y preocupaciones son nuestra interpretación y elaboración de la realidad... no la realidad en sí. Como se suele decir en PNL: "El mapa No es el Territorio"
Mirar "desde Fuera": A veces nos es más fácil ver con claridad los problemas ajenos y dar buenos consejos justamente por esto: porque lo vemos desde fuera, desde otra perspectiva. Por ello un buen ejercicio sería preguntarme ¿Que aconsejaría a alguien en mi situación? o ¿Cómo lo vería tal o cual persona? .. salir de nosotros mismos e intentar verlo desde los ojos de otro.
Cortar la parálisis por análisis: A veces pensamos que para encontrar una solución a algo tenemos que darle más y más vueltas.. analizarlo "mejor"... y en realidad lo que acabamos haciendo es bloquearnos más.
Trabajar nuestra atención consciente: En estos casos se trata de controlar dónde ponemos nuestra atención: podemos utilizar técnicas de mindfuldness para entrenar nuestra atención al momento presente, o ejercicios de distracción (como los que sugiero en este artículo) por ejemplo. Es decir: técnicas para cortar los pensamientos que no son productivos. "Soltar el vaso" como se comenta en este cuento
Preocupaciones "productivas", "Improductivas" y el Locus de control:
Ya he comentado en otras ocasiones que preocuparse es bueno: nos ayuda a planificar, a tomar acciones, a ser conscientes de las cosas que pueden salir mal y estar preparados.. ( la palabra lo dice: Pre-Ocuparse) Hemos de conseguir que nuestras preocupaciones sean útiles, buenos consejeros.
Para ello hemos de centrarnos en nosotros mismos: en lo que podemos controlar nosotros.
Lo que llamamos el "locus de control interno".
Muchas veces nuestras preocupaciones se centran en cosas que están fuera de nuestro ámbito de influencia: en cosas que no dependen de nosotros. Por ejemplo: lo que pensarán los demás, lo que hacen otros, la suerte, etc.
Este gráfico lo resume bien:
Procurar centrar nuestra atención en las cosas que sí están en nuestro control hará que las preocupaciones sean más productivas: qué puedo hacer yo, qué siento, qué quiero... También nos ayudará aceptar aquello que no puedo cambiar y centrarme en lo que sí.
Por ejemplo: no puedo cambiar a mi Jefe y sus modos prepotentes de hablar, así que darle vueltas a lo que él dijo y cómo lo dijo y lo "borde" que es no me ayuda... pero sí puedo pensar en qué hacer yo: a lo mejor puedo ignorarlo y centrarme en mi trabajo, ponerle límites si me siento ofendido, o incluso cambiar de trabajo.
Centrarnos en las cosas sobre las que no tengo control o no puedo cambiar sólo consigue que me encalle en la frustración y el sufrimiento.
Centrarme en lo que es mi responsabilidad hace que tome las riendas de mis actos:
Si atribuyo la responsabilidad de lo que me pasa y de mis decisiones a factores fuera de mi responsabilidad como la suerte, las decisiones de los demás, lo que esperan los demás, o lo que quieren otros... entonces tengo un "Locus de control externo" y siento que no soy "dueño" de mi vida. Siento que son otros quienes deciden por mí, que hago lo que se me marca, y que no tengo en última instancia las riendas de mi vida.. puede generar incluso una indefensión aprendida que paralice.
Si me centro en lo que yo puedo hacer, sentir, pensar, y siento que yo mismo soy el responsable: siento que tengo las riendas. Esto hace que está más comprometido conmigo mismo a la hora de tomar decisiones, que me cuide más, tenga más autoconfianza, me sienta independiente respecto a las opiniones de los demás.. etc. Somos conscientes de que los resultados que obtenemos dependen de lo que HACEMOS y esto nos lleva a movilizarnos. . nuestras preocupaciones desde esta perspectiva interna son útiles, buenos consejeros, que nos ayudan a tomar decisiones, a arriesgarnos y a esforzarnos por conseguir los resultados que deseamos.
Lo ideal conseguir esa perspectiva interna, y centrarnos en las cosas que son nuestra responsabilidad.
Para ponerme en ese lugar simplemente se trata de enfocarme en ¿Qué puedo hacer yo frente a ésto? .. si frente a algo no puedo hacer nada, he de aceptarlo para luego volver a centrarme en otra cosa que sí pueda hacer. Recordad nuestra capacidad de resiliencia.
Esto me recuerda a esa plegaria que dice: "Señor dame serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar las que sí podemos, y sabiduría para discernir la diferencia”
Resumiendo, para cambiar de perspectiva frente a los problemas busca:
Tomar una distancia adecuada, verlo "desde fuera"
No poner toda nuestra atención indefinidamente,"soltar el vaso", conectar con el presente.
Centrarme en lo que es mi responsabilidad, mi locus de control interno.
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