El cuerpo humano utiliza diferentes tipos de combustible. Por ejemplo, cuando estamos en “reposo” (viendo tv, estudiando, trabajando, etc) usa las grasas que se acumulan en nuestro tejido adiposo (“grasas de reserva”), y la glucosa (que se almacena, en forma de glucógeno, principalmente en hígado y músculos) la usa para “alimentar” el cerebro y el sistema nervioso.
Cuando hacemos una actividad cardiovascular de tipo moderado, el cuerpo prefiere usar combustible de mala calidad que son las “grasas de reserva”. El cardio de caracter moderado es aquel en el que tus pulsaciones por minuto (ppm), o frecuencia cardíaca máxima no supera el 70% de tu máximo.
Esta FCM (frecuencia cardíaca máxima) la calculas fácilmente con la siguiente fórmula
FCM = 220 – edad
la cual te da un resultado muy aproximado pero no preciso. De ahí saca el 60% y 70%.
Ejemplo:
220-36 = 184ppm (x0.70) = 128,8 (este sería el 70%)
Cuando el ejercicio cardiovascular es moderado en aquel que nuestro ritmo cardiaco (pulsaciones por minuto) está entre el 60% y 70 % de nuestras pulsaciones máximas entonces es cuando más cantidad de grasa quemamos a la hora de realizar el ejercicio cardiovascular.
Mientras cuando haces actividad cardiovascular de manera intensa tu cuerpo usa el combustible de más calidad que es la glucosa. Cardio intenso sería aquel que sobrepasa el 70% de tus ppm máximas.
Así que tienes dos opciones:
1. Si quieres quemar grasa de manera directa haciendo cardio, éste debe ser de tipo moderado. Hacerlo durante un período entre 30 y/o 60 minutos y/o puedes combinarlo con tus rutina de pesas.
Hacer cardio después de tu rutina de pesas no sólo te beneficia en ganar masa muscular, sino que además te ayuda a eliminar grasa sin perder músculo.
De hecho cuando terminas la sesión de pesas habrás agotado tus reservas de glucógeno, y hacer ejercicio cardiovascular de unos 30 minutos a un ritmo moderado será suficiente para eliminar una buena cantidad de grasas.
2. Si quieres quemar grasa de manera indirecta, lo puedes hacer realizando ejercicios cardiovasculares de alta intensidad exigiéndote el máximo en una actividad y así estarás también acelerando tu tasa metabólica basal.
Y al aumentar la tasa metabólica basal mantienes el metabolismo acelerado o activo. Quiere decir que debido al ejercicio intenso la quema de grasa en reposo (proceso bioquímico de lipólisis) va a ser mucho más eficaz. (Hiit)
Eso si, siempre llevando una buena alimentación porque el ejercicio no contrarresta los efectos de una mala alimentación. Por mucho ejercicio que hagas si no comes bien nunca verás resultados positivos.
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