Es probable que al igual que yo, alguna vez hayas experimentado un flujo anormal, de color blanquecino y con picor vaginal. La mayoría de las veces la causa subyacente del flujo anormal es una infección, pero no siempre es el caso. El estrés y los cambios hormonales también pueden causar cambios en el color, consistencia, olor o cantidad de secreción.
De más está decir que en mi caso me sentí sumamente consternada cuando vi este flujo anormal. De inmediato comencé a limpiar mi zona íntima frecuentemente con mi jabón corporal habitual, y quise combatir el olor ligeramente almizclado pulverizando desodorante en mis genitales. Para mi sorpresa unos días más tarde, la descarga se volvió blanca y pegajosa, maloliente y el mal olor aumentó. En adición mi período se produjo cuatro días más tarde de la fecha esperada.
Todos estos cambios y molestias me impulsaron a buscar ayuda médica. Después de conversar con la doctora acerca de estos temas, esto fue lo que aprendí:
El flujo vaginal es normal y saludable
Después que la doctora Sandra me explicó el papel real del flujo vaginal, no me sentí tan preocupada como al principio. Al parecer, esta descarga es producida por las glándulas dentro de la vagina y el cuello uterino, y ayuda a eliminar las células muertas y las bacterias. Si tratamos de eliminarlo como había estado haciendo yo, lo que logramos es empeorar la situación. El exceso de limpieza crea básicamente un caldo de cultivo para que las bacterias prosperen y se altere el nivel de Ph vaginal.
Algunas mujeres tienen más flujo que otras, yo soy de las que tiene mucho. El color puede variar de transparente y claro, hasta lechoso y amarillo pálido. La consistencia puede ser seca, grumosa, acuosa o resbaladiza, pero nunca debe haber mal olor. Por lo general, un mal olor indica la presencia de una infección.
Hay más flujo vaginal antes del período
Junto con los calambres, la sensibilidad en los senos y el dolor de espalda baja (que son todos los síntomas premenstruales comunes) también aparece una secreción vaginal de color blanco. A medida que se acerca el período los niveles de estrógeno aumentan y eso impacta directamente la cantidad de flujo vaginal que producimos. Sin embargo no debería haber picor, hinchazón, enrojecimiento, mal olor. Es absolutamente normal que la zona íntima se sienta más húmeda de lo normal en esta etapa.
Los productos de higiene femenina pueden jugarnos una mala pasada
Ya he mencionado que con el fin de eliminar la secreción vaginal comencé a usar jabón y desodorante en mi área genital. El uso excesivo de estos productos puede tener un impacto negativo en la vagina porque alteran el valor de pH y cambian el entorno, creando las condiciones perfectas para el desarrollo de infecciones. Eso es exactamente lo que me sucedió, el jabón habitual y el desodorante alteraron el equilibrio entre las bacterias buenas y malas, provocándome una infección por levaduras.
Para evitar esto, se debe usar solo agua y un jabón especial, suave y con Ph neutro, utilizar ropa interior de algodón, usar papel higiénico sin perfume, no usar tampones para absorber el flujo vaginal y limpiar la vaginal de adelante hacia atrás. Además es prudente evitar los baños públicos, tener relaciones sexuales sin protección y la ropa ajustada.
El flujo vaginal nos ayuda a saber cuándo somos fértiles
Curiosamente la secreción vaginal también puede indicar cuando una es más fértil. El flujo seco por lo general no es fértil, ya que no permite que las células de esperma lleguen al útero. El flujo pastoso es poco fértil, las posibilidades de quedar embarazada son bajas. El flujo como clara de huevo es fértil porque permite que las células de esperma viajen vigorosamente y se unan al óvulo. La secreción transparente y resbaladiza es la más fértil de todas, se produce el día en que se libera el óvulo o el día anterior. Si iniciamos el seguimiento de los cambios en el flujo vaginal durante dos o tres meses, podemos identificar los días más fértiles de nuestro ciclo.
Nunca dejar una infección sin tratamiento
Sabrás que tienes infección si además del flujo anormal, sientes picazón en la vagina, mal olor, enrojecimiento, hinchazón, ardor al orinar o dolor pélvico. Si se producen estos síntomas debes consultar al médico inmediatamente. Nunca dejes una infección sin tratamiento porque de lo contrario pueden surgir complicaciones graves como la enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad, aborto involuntario, parto prematuro o embarazo ectópico.