Colores del flujo vaginal más comunes
Claro y lechoso son colores normales. No representan un motivo de preocupación, aunque la consistencia y la cantidad varíen.
El color blanco y cremoso como queso cottage puede ser un signo de infección por levaduras. Esta condición es muy común en las mujeres embarazadas, que tienen diabetes o están bajo tratamiento con antibióticos.
El flujo vaginal gris es un signo de vaginosis bacteriana, casi siempre acompañado de un olor como a pescado.
El color verde o amarillo es un signo de infección o ETS. Generalmente hay otros síntomas como mal olor, irritación y malestar vaginal.
Cambio de color patológico
Los cambios en la descarga vaginal normal pueden ocurrir por muchas razones, aquellos que indican un problema incluyen:
Aumento en la cantidad de flujo
Cambio de olor, color o textura
Picor, ardor, hinchazón, secreción vaginal de color marrón o rosado
Sangrado o manchado
Flujo vaginal acompañado de picazón, sarpullido, dolor persistente o ardor al orinar
Flujo blanco y grumoso
Flujo acuoso gris, amarillo o verde
Flujo con mal olor
Infecciones que causan flujo vaginal anormal
Vaginosis bacteriana: Casi la mitad de las mujeres con esta infección no muestran síntomas, pero de existir, predominan en flujo anormal y el mal olor vaginal.
Tricomoniasis: además del flujo anormal también se puede experimentar un aumento de la micción, inflamación de la vulva y la vagina, picazón.
Infección vaginal por levaduras: Las mujeres que sufren esta condición a menudo experimentan una mayor cantidad de descarga blanca y grumosa, enrojecimiento, picazón y ardor en la zona vaginal y vulvar.
Vaginitis: las mujeres que sufren de vaginitis pueden experimentar una secreción anormal, picazón, dolor dentro y fuera de la vagina, enrojecimiento, hinchazón y dolor durante las relaciones sexuales o al orinar.
Para recordar
Es necesario saber que el equilibrio del pH vaginal es ácido, esto desalienta la presencia de infecciones. Una vagina sana produce secreciones para limpiarse, al igual que la saliva limpia el entorno bucal. Cualquier interferencia con el delicado equilibrio de las secreciones vaginales puede provocar vulnerabilidad y por tanto, un mayor riesgo de enfermarse .