Te despiertas por la mañana y lo primero que haces es pensar en él. En sus ojos, su sonrisa, sus manos… Piensas que quizá la mirada de ayer significó algo.
Hoy lo vuelves a ver. Tu corazón palpita aceleradamente, empiezas a sudar. Te mira y te regala una sonrisa. La euforia se apodera de ti. Saltas, gritas, lloras… llamas a todas tus amigas para explicarles tan importante acontecimiento.
Te pasas el día imaginando encuentros fortuitos, dignos de la mejor película de amor de la historia. Crees que no existe una persona más compatible contigo en toda la faz de la tierra. Te convences de que es amable, romántico, fiel, divertidísimo… y si no lo es no pasa nada, tú lo cambiarás.
Hoy se convierte en el peor día de tu vida, descubres que tiene novia. Sientes que la vida no tiene sentido, experimentas la tristeza más profunda. Solo una idea se instala en tu cabeza… Que sea para ti.
A partir de ahí tu vida se convierte en un infierno. Vives sólo para recuperar a tu príncipe azul, aunque olvidas que nunca lo tuviste. Navegas entre la depresión y la ilusión patológica de lograr hacerlo tuyo. Estás enferma de amor. Sufres Limerencia.
Limerencia (anglicismo proveniente de limerence) es un estado mental involuntario el cual es resultado de una atracción romántica por parte de una persona hacia otra, combinada con una necesidad imperante y obsesiva de ser respondido de la misma forma. La psicóloga Dorothy Tennov acuñó el término limerence en 1977, publicándolo en 1979 en su libro Love and Limerence: The Experience of Being in Love (“Amor y limerencia: la experiencia de estar enamorado”).
Síntomas psicológicos
Pensamientos intrusivos respecto a todo lo relacionado con la persona deseada.
Deseo pronunciado y a veces hasta extremo por el bienestar de la persona amada, y en menor manera, de reciprocidad.
Una notable habilidad para enfatizar lo que es verdaderamente admirable en la persona amada y evitar pensar en su lado negativo, o interpretarlo como algo positivo.
La limerencia frecuentemente puede durar años o décadas, aunque se puede actuar limerentemente con sólo una persona a la vez.
Preocupación excesiva por representar ser alguien en todos los aspectos acorde a los gustos de la persona amada.
Alivio temporal y fugaz a través de fantasías, sueños o pensamientos constantes que involucren a la persona amada, como también en experiencias como la conversación o la simple observación de esta.
Timidez infundada y dificultad para relacionar ideas en presencia de la persona deseada.
Sentimiento intensificado a través de la adversidad, distanciamiento o incomunicación.
Miedo al rechazo y a la posibilidad de no ser correspondido, lo que produce que el individuo oculte su sentimiento y haga parecer como normales ciertas actitudes producidas por la limerencia.
Un sentimiento tan intenso y profundo que pone cualquier otra preocupación a un lado.
Expresividad fomentada debido al deseo de desahogo del individo producido por este sentimiento (se dice que grandes escritores como Pablo Neruda experimentaron limerencia en algún momento de sus vidas).
Muestras de afecto poco comunes, que en ciertos casos pueden ser extremas.
Magnificación de la percepción física de la belleza de la persona amada.
Síntomas físicos
Palpitaciones aceleradas
Temblores repentinos
Dilatación de pupilas
Sudoración inconstante
Enrojecimiento de la cara
Desórdenes del apetito
Tartamudez menor
Nerviosismo permanente
Para muchos de vosotros éstos síntomas os resultarán familiares. Todo lo relacionado con la mente tiene en la mesura el indicador entre lo sano y lo patológico. Nadie nos ha enseñado a amar. Sólo tenemos un espejo que nos ayuda a valorarnos a nosotros mismos y evitar sufrimientos innecesarios. Ese espejo es el amor que recibimos de los demás.
Si te has sentido amado y respetado, es más probable que te ames y te respetes a ti mismo y, por ende, que ames y respetes a los demás.
Cuando una situación que debería ser placentera se convierte en algo doloroso, el respeto por ti mismo actúa en consecuencia, alejándote del desasosiego. Por tanto el sufrimiento excesivo por amor es más difícil que ocurra en personas con una autoestima elevada.
El amor platónico, dónde el objeto amado es idealizado, tiene un cierto componente de inmadurez. Amar de verdad requiere conocer de manera real a las personas, ser consciente de sus defectos y aceptarlos. Si queréis saber más sobre el Amor según Platón pinchar aquí.
No perdáis la cabeza por amor, si tenéis que perder algo, regalad el corazón.
Referencias:
https://es.wikipedia.org
Un saludo ;)
Olivia
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