Diario de un huerto V
Practicar rmindfulness o atención plena, tiene una importante parte de atención sostenida en el tiempo. Preparamos la tierra, nos ayudaron a dejar los surcos bien hechos para recibir las semillas, pero no éramos conscientes de la rapidez con la que crecían esas malas hierbas que, disparándose hacia arriba o enredándose en la tierra, dejaban maltrechas las simientes sin mucha posibilidad de crecer cuidadas. Pensé que era suficiente con dejar caer las semillas sobre la tierra, abrir el grifo del goteo de vez en cuando y esperar a que la vida me diese sus frutos.
Si dejas a un lado la atención sostenida cuando has atravesado un periodo de intensa práctica de atención plena como el que desarrollamos en el PROGRAMA 40, lo más probable es que las malas hierbas de tus acciones y pensamientos vuelvan a brotar con más intensidad que antes de iniciar tu proceso de desarrollo personal basado en mindfulness. Alguna mañana te acordarás de permanecer en silencio 5 minutos, como regar la tierra tan sólo cada 4 o 5 días. La tierra tiende a volverse seca y pedregosa; como nuestra mente de nuevo viajando entre el pasado y el futuro, cuando esos cinco minutos de silencio se espacian en el tiempo.
Sin apenas darme cuenta, el huerto se ha llenado de hierbajos, enredaderas y malezas que han crecido por encima de las semillas que primorosamente había dejado bajo la tierra pensando que con aquello era suficiente.
La atención sostenida está para no dejar que eso ocurra. Vives en la vida con tus deseos, proyectos e ilusiones. Te preparas para tus utopías desde el instante presente en el que habitas, cada vez que eres consciente de tu huerto, lo cuidas primorosamente y eso significa no anticipar nada, sino estar atento a cada paso que das.
Escardas la tierra para arrancar de cuajo esas hierbas que dificultan el paso de lo que sembraste, y al día siguiente vuelves a ver algún brote, pero lo vuelves a arrancar de nuevo, y así un día y otro día y otro también. Pero si lo haces en la atención sostenida de saber que ese tiempo que pasas arrancando maleza, es un tiempo de presencia en el aquí y ahora, en poco tiempo podrás ver como esas semillas se han ido haciendo fuertes y brotan impetuosas.
Si cada mañana, cuando te levantas o en el atardecer del día, te sientas cinco minutos en silencio, si haces que tu atención sostenida se clave en cada instante preciso y lo haces como un acto de normalidad, la simiente de tu desarrollo personal irá dando sus frutos sin olvidar nunca que, con la vida que llevamos, las malas hierbas están siempre al acecho para cogerte desprevenido.
Cuida cada día la simiente de tus pensamientos como puedes cuidar la tierra de tu huerto para disfrutar de la vida. Lo mereces. Y cuando te veas sometido de nuevo al doloroso discurrir de verte atrapado por emociones que no controlas?vuelve a empezar de nuevo removiendo la tierra para plantar de nuevo?si es en plantones o en prácticas que ya conoces, mejor.
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