El dolor es consustancial a la vida y el sufrimiento es opcional. Detrás de esta gran verdad está la necesidad de eliminar el ego, que no es eliminar nuestra personalidad, ni mucho menos, sino dejar que quien está presente sea nuestro yo esencial; ese que podrá doler, pero que no sufre. ¡¡Me han insultado!!…¿a quien?…¡¡A mí!!…¿no sería más bien a tu ego inflamado de soberbia?.
Diario de un huerto III
Y allí estaba la tierra, como una mente primigenia, preparada para la siembra. Al fin y al cabo, somos nosotros los que decidimos, si tomamos conciencia del instante presente, lo que plantamos en ella o dejamos de plantar. Bien es verdad que luego, dependiendo de la calidad de la tierra que conforma el huerto, esas semillas de pensamientos e ideas fructificarán en la medida que la preparación y el posterior cuidado haya sido bueno. Ponemos, entonces, toda nuestra intención, en convertirnos en ejemplares practicantes de meditación, y nos sentamos cada mañana en el cojín o en la silla, donde produciéndose la observación de nuestra propia realidad, caminamos para encontrarnos con esa serenidad que ansiamos. Pero allí está el. Aparece en cada momento; son las malas hierbas del ego.
Nos centramos en eliminar las malas hierbas de raíz; esas que van cubriendo la tierra por completo sino te pasas por el huerto cada, al menos, par de días, para ver "cómo va la cosa". Nos comen los pensamientos y las ideas "juzgadoras" y nuestra mente se nos escapa como un globo, sino prestamos la debida atención a cada instante de nuestra vida.
Eliminar nuestro ego, es poner un espantapájaros en nuestra propia mente. Nosotros le llamamos "Marcial" y lo montamos en casa con gran divertimento. Bea, mi mujer, se le ocurrió el balón de cara con sonrisa y yo le añadí esa corbata para observar lo absurdo que puede ser llegar a creernos que somos "alguien". Marcial es el ejemplo de la ausencia de ego; va a llover, caerá el otoño y después ese invierno de Granada en el que la sierra deja sus puertas abiertas para que se cuele todo el frío por los lugares más impensables, y después volverá la primavera y ese verano espléndido de recoger lo sembrado. Pero Marcial, tras eliminar el ego, siempre estará con su sonrisa consciente aceptando que hace calor porque hace calor y que hace frio porque hace frio. "Punto pelota"; eso es lo que hay.
Eliminar el ego es cuando no te ofendes por lo que te digan o hagan porque tu yo esencial no tiene nada que ver con los valores que le habías otorgado a tu ego en ese "y me lo dice a mí que soy?., que tengo?,". Es no intentar ganar siempre o doblegar al contrario porque no existe ese contrario que, simplemente, es parte del todo. Olvidar que tienes que tener siempre razón y no creerse más que nadie, porque al final, vas a terminar en el mismo sitio que nadie y no identificarte con tus logros. Están bien, están ahí, son logros para disfrutar, no para lanzar "al contrario".
Marcial es el guardián de nuestro huerto. Te invito a sentarte en silencio cada mañana, en un cojín, en una silla con la espalda bien recta, o paseando consciente. Vale con 5 minutos, ya irás alargando. Se trata sólo de observar, de aceptar sin resignación que cuando hace frio hace frio porque es invierno y que cuando hace calor, hace calor porque es verano. Se trata de fluir como Marcial. Él no es un simple; hace su trabajo sin darle importancia a que, gracias también a él, las semillas y los brotes estarán a salvo para que, cuando la naturaleza lo indique y estampe su tiempo natural, podremos comer lo cuidado.
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