¿Tiene algo que ver una terapia de aceptación y compromiso basada en mindfulness con un huerto?…Primero fue manejar la tierra para ofrecerle alimento, preparar el terreno, dejar que las gotas del riego por goteo fuesen penetrando en la tierra, disponer un YO ESENCIAL vestido de espantapájaros para que se creyese un ser superior y plantase cara a los posibles intrusos en el terreno que consideramos NUESTRO, y luego la elección de las semillas para ir, cuidadosamente, dejándolas esparcidas de tal manera que pudiesen ir creciendo lentamente.
Diario de un huerto IV
Ahora toca esperar, como cuando estás en una situación emocional complicada, atravesando una etapa de tu vida llena de ansiedad, quizás sumido en una depresión, arrastrado por una pérdida que no termina de cicatrizar, o envuelto en un halo de tristeza porque aquello que pensabas que tendría que ocurrirte, no sólo no ha ocurrido, sino que pareces encontrarte en peor situación que antes de desear lo no ocurrido. Es el trabalenguas vital dentro de una terapia de aceptación y compromiso
Ahora toca esperar, pero no es una espera de silla en la que todo se detiene, sino que el mundo que tienes a tu alrededor sigue avanzando mientras tú crees que no haces nada por recuperarte. Algo ocurre en la tierra que, desde la mera observación, hace que por la fuerza de la naturaleza, las cosas vayan saliendo adelante. Las semillas que plantamos comienzan a dar pequeñísimos brotes pero de una forma lenta y desesperante si lo que nos planteamos es comer lechugas mañana mismo. Pero todo tiene un tiempo.
Abonas tu mente con la simiente de buenos pensamientos, realizas los ejercicios propuestos por ti mismo, tu terapeuta, tu psicólogo, tu psiquiatra, tu Coach o tu consultor Mindfulness, pero sientes que nada brota y si lo hace, de una manera desesperantemente lenta, como esas pequeñas hojas que anuncian, si la cosa va bien, unas próximas zanahorias.
La práctica de Mindfulness o atención plena tiene mucho de la necesidad de optar por una aceptación y compromiso de lo que ahora ES. Una terapia de aceptación y compromiso basada en la práctica de la atención plenaDe lo que en este preciso instante simplemente ES sin más juicio. No se trata de plantar las semillas, regar un par de días, enderezar el YO ESENCIAL en modo espantapájaros al que convertimos en EGO y sentarnos a ver como salen las cosas.
Desde la aceptación y el compromiso, cada instante, es un espacio para el trabajo continuo en la mejora de nuestro estado anímico. Pero nada de ello se hace desde la velocidad. Aceptar el normal espacio del tiempo, es optar por el compromiso de continuar desde el instante presente en esa lucha por mejorar.
Cada dos días me acerco al huerto, abro el grifo para que el goteo vaya empapando la tierra y me encuentro de nuevo con las "malas hierbas" crecidas en el mismo espacio que hace dos días había arrancado para dejar espacio a las semillas de lo que yo considero bueno. Ya estoy juzgando; la lechuga es buena, esa hierba verde que crece en un espacio natural es mala.
Entonces me siento en la silla frente al huerto y contemplo en silencio la maraña de tubos del riego, los pequeños brotes, la "selva" de rabanitos que están a punto de ensalada, las hierbas que crecen cada día, y las primeras ramitas de lo que habrán de ser guisantes. Y allí, desde mi YO OBSERVADOR, despojado del de espantapájaros, todo es perfecto y sublime.
En nuestra vida, a veces es bueno sentarse a contemplar que lo que ES está bien, aunque truene, esté lloviendo a mares, haya olas gigantes por encima de nuestra mente, y todo sea agitado?hasta que conectas con tu respiración en silencio y, desde esa forma de terapia personal de aceptación y compromiso sin resignación, aceptas que el compromiso con la vida sigue en pie y te das cuenta que, está a punto de finalizar el verano, llegará el otoño, después el invierno y al final, quieras o no, la primavera termina apareciendo.
Todo está bien, porque simplemente ES. Se trata de seguir regando y cuidando cada planta con el especial mimo que merecen, incluso aquellas que consideramos "malas" porque quizás estén ahí para enseñarnos algo.
The post Una terapia de aceptación y compromiso mente-huerto appeared first on Plenacción.