Aproximadamente el 60% de la población sufre de algún tipo de intolerancia alimentaria en algún momento de su vida, en mayor o menor grado. Las intolerancias alimentarias, suelen ir desarrollándose con el tiempo y con la exposición constante de nuestro sistema digestivo a los alimentos intolerantes.
Es importante destacar que una intolerancia alimentaria no es lo mismo que una alergia alimentaria. Pues estos procesos están mediados por mecanismos diferentes. Por un lado las intolerancias alimentarias son de origen enzimático (metabólico) y en ellas intervienen las IgG. Vienen dadas por una reacción tardía, en la cual el alimento intolerante manifestará sus síntomas al cabo de un tiempo (por ej. horas o incluso días después de haber ingerido el alimento en cuestión).
Normalmente las intolerancias alimentarias se deben a la escasa producción enzimática que forma parte de los procesos de digestión, y si al cabo del tiempo ésta no es adecuadamente tratada, acabará por ir en aumento y manifestará los síntomas tan molestos propios de las intolerancias alimentarias.
Las alergias por su parte sí son una respuesta inmunitaria, en donde intervienen las IgE, inmoglobulinas encargadas de la respuesta inmediata frente a un alérgeno. En este caso los síntomas se presentan inmediatamente tras la ingesta del alimento. Es muy común conocer si somos alérgicos a algún alimento concreto por el peligro mortal que puede suponer para nuestra salud, no obstante solemos desconocer en gran medida si tenemos intolerancias alimentarias y a qué alimentos.
Las intolerancias alimentarias por esta razón pueden pasar desapercibidas durante años, generando en el organismo un cúmulo de toxinas que acabará por traernos y/o agravarnos otros problemas de salud. Casi nunca sospechamos que tengamos intolerancia a un alimento, pero aprender a escuchar nuestro organismo puede ser un buen recurso si se creemos que tenemos algunas.
La hipersensibilidad alimentaria (también conocida por este término) es acumulativa en el tiempo, lo que significa que los síntomas que desarrollemos por esta causa se agravarán en el tiempo así como los períodos de recuperación.
Prácticamente todas las intolerancias alimentarias son tratables y reversibles excepto unas pocas muy concretas entre las que se encuentran:
Intolerancia al gluten: (celiaquismo) puesto que esta intolerancia está producida por una causa fisiológica no corregible (atrofia de las vellosidades intestinales). La intolerancia al gluten causa serios problemas de salud, que han de ser tratados para recuperar la vitalidad y equilibrar el estado nutricional de la persona que la padece.
Intolerancia a la lactosa: que aunque normalmente puede tratarse puntualmente con la toma de lactasa antes de la ingesta de un alimento que contenga lactosa, no suele remitir puesto que se trata de una molécula que dejamos de producir en la edad adulta o producimos en cantidades mucho menores.
El resto de intolerancias son tratables, y los tratamientos constan básicamente de retirar el alimento intolerante durante un tiempo determinado (que será variable en cada persona según el grado de intolerancia que tenga al mismo), pues es muy importante destacar que existen diferentes grados de intolerancia a cada alimento y que éstos varían de persona a persona, lo que implica que para cada una el tiempo de reintroducción de esos alimentos serán también distintos.
¿Pero qué otros factores intervienen en el desarrollo de las intolerancias alimentarias?
Como hemos destacado la principal causa del desarrollo de las intolerancias alimentarias no es otro que el déficit enzimático. ¿Pero a qué se debe que tengamos este déficit en la producción de enzimas digestivas?
Sencillamente a varios factores muy concretos:
Estrés prolongado y sin control puesto que acaba por afectar al sistema digestivo y la eficacia de sus funciones
Llevar constantemente una alimentación incorrecta: desordenada, muy poco variada, con alta ingesta de alimentos industrializados, alimentos tóxicos (aditivos), poco saludables, etc.
El exceso de fármacos (tratamientos prolongados, agresivos, etc.)
Incorrecto proceso de eliminación: tanto los cuadros crónicos de diarrea como de estreñimiento acaban interfiriendo en la correcta producción de enzimas digestivas. Al no realizar los procesos de eliminación adecuadamente estas toxinas que se acumulan en los intestinos acabarán afectando a nuestra producción enzimática.
Los altos niveles de toxinas en nuestro organismo: ya sea por la mala alimentación, la toma prolongada de fármacos o el estrés que también contribuyen a una escasa e incorrecta producción enzimática que normalmente deriva en un buen número de intolerancias alimentarias.
Los déficits nutricionales como la deficiencia de vitaminas, minerales, aminoácidos y el desequilibrio ácido-base también son causas considerables en el desarrollo de las intolerancias alimentarias.
Síntomas más comunes que producen las intolerancias alimentarias
Las intolerancias alimentarias presentan por lo general una lista de síntomas bastantes comunes que casi nunca se relacionan con éstas, no obstante prácticamente en un 70% de los casos todos ellos comienzan a desaparecer gradualmente y al cabo de los meses podremos comprobar una mejoría notable de nuestro estado general de salud.
Entre estos síntomas podemos mencionar:
Digestiones lentas, pesadas, dolor abdominal e hinchazón
Flatulencias, gases, repetir una comida constantemente tras su ingesta
Náuseas y en ocasiones vómitos
Dolores de cabeza y migrañas (escasamente se pueden relacionar los mareos y/o vértigos aunque en algunas ocasiones sí se presenten estos síntomas)
Nerviosismo, ansiedad, en ocasiones estados de desánimo constantes
Dolores en articulaciones, musculares, artritis
Mala calidad del sueño, con dificultad para dormir (sobre todo si se han cenado alimentos que causan intolerancias)
Períodos de diarrea y estreñimiento
Sarpullidos en la piel, eccema, agravación de la psoriasis, piel seca y escamosa, dermatitis, picores
Falta de energía, vitalidad, desgano, cansancio y fatiga
Dificultad para concentrarnos, falta de atención e interés (apatía)
Agravamiento de las alergias respiratorias: asma, rinitis, etc.
Agravamiento de algunas patologías crónicas como: la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, candidiasis intestinal crónica
Agravamiento de síndromes intestinales: colon irritable, Crohn, colitis, celiaquismo, etc.
Dificultad para perder peso y/o ganancia de peso
Retención de líquidos y celulitis
Mal aliento que no desaparece con el lavado diario
Lengua pastosa, blanquecina
Ardores estomacales, gastritis, agravación de úlceras, acidez
Interfiere en la correcta producción y aprovechamiento de los nutrientes (desnutrición celular)
Diagnóstico eficaz y tratamiento de las intolerancias alimentarias
Existen diversos métodos basados en test para la detección de estas intolerancias alimentarias que se clasifican por grupos de alimentos y cuyo nivel de intolerancia se muestra en diferentes grados. Podemos contar con test por biorresonancia, basados en la electro- acupuntura china, donde a través de la medición del meridiano del intestino grueso se analizan la forma en que se producen los mecanismos de desechos dando como resultado a qué alimentos se es intolerante. Otro método es el análisis o test de intolerancia alimentaria por sangre e incluso algunos test que se podrán realizar a partir de un análisis de la saliva. Por regla general prácticamente todos estos métodos analizan más o menos la misma cantidad de grupos de alimentos y arrojan todos ellos resultados altamente fiables.
En un test de intolerancias alimentarias podemos encontrarnos por ej. con resultados como estos:
Ejemplo del resultado de un test de intolerancia alimentaria
Donde los alimentos en amarillos nos advierten de una intolerancia baja, los de color naranja un nivel de intolerancia mayor, y los rojos intolerancias altas.
Por lo general, deberemos suspender de nuestra alimentación diaria todos los alimentos (tantos los que nos den como resultado una intolerancia baja, media y alta) para poder conseguir una mejoría completa. Este proceso se debe realizar poco a poco, retirando inicialmente aquellos alimentos con una mayor intolerancia seguidos de los de una intolerancia media y por último los de baja intolerancia y se hará una retirada total al menos de 3 meses. En mi experiencia puedo decir que los alimentos con un nivel de intolerancia alto son lógicamente los que más tardarán en volver a nuestros platos, puesto que el proceso de mejora será un poco más largo. Al cabo de los meses para saber si nuestras intolerancias han bajado lo mejor será ir introduciéndolos poco a poco nuevamente, así comenzaremos primero con los que menor intolerancia nos causaban seguidos de los de intolerancia media y finalizando con los de intolerancia alta. Este proceso como sucede en la retirada, será gradual en su reincorporación, observando cómo reaccionamos ante esto. Si vemos que un antiguo síntoma se presenta nuevamente de seguro es porque aún no hemos eliminado el efecto tóxico del alimento en nuestro organismo y deberemos esperar un poco más, pero si lo toleramos bien estaremos ante una clara recuperación y podremos volver a incorporarlo sin problema. En ciertas ocasiones según el estado nutricional de la persona será necesario la toma de algunos suplementos específicos tales como: enzimas digestivas, complejos depurativos, o suplementos que ayuden a restaurar la salud intestinal y digestiva.
Sin embargo recomiendo siempre, que tras un año y medio aproximadamente, el test se repita para una mejor comprobación de los resultados (antes de incorporar los alimentos retirados). Normalmente la mayoría de personas prefieren realizar la incorporación de alimentos sin realizar este segundo test de comprobación, esto no supone ningún problema, pero si las intolerancias eran en su mayoría de un nivel alto y además en un buen número de alimentos sí es recomendable.
Obtendremos como resultado una notable mejoría de nuestro estado general de salud, con la desaparición de una extensa lista de síntomas y por supuesto una mejora realmente increíble de todo nuestro sistema digestivo. En el proceso de desintoxicación podremos beneficiarnos además de la pérdida de algunos kilos demás que no conseguíamos bajar con dietas hipocalóricas. Nos sentiremos más despejados, con un nivel de energía vital más elevado y con mucho mejor humor gracias a que todo nuestro proceso digestivo habrá mejorado considerablemente.
Si crees que tienes o puedes tener intolerancias a ciertos alimentos, en este blog ofrezco en el apartado cuestionarios de auto-diagnóstico orientativo una herramienta especializada que podrá darte pistas acerca de tus posibles intolerancias alimentarias. No obstante siempre recomiendo que si el resultado es positivo, acudas a una consulta personal donde podremos solicitar realizar un test completo para confirmarlo y establecer tu tratamiento personalizado.
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