En esta época del año son muy habituales las infecciones gastrointestinales, causadas principalmente por bacterias, virus o parásitos que se multiplican debido a las altas temperaturas.
Las infecciones intestinales se adquieren generalmente por vía oral, tanto por ingerir alimentos crudos, poco cocinados o estropeados como por beber agua contaminada.
Las principales fuentes de infección son:
Mala manipulación o conservación en restaurantes, tiendas o en casa.
Mala preparación o cocinada en condiciones de falta de higiene: no lavarse las manos, no lavar los utensilios o las superficies.
Mala conservación de los alimentos una vez cocinados que favorece la aparición de bacterias o deterioro de los mismos.
Aguas contaminadas
Los alimentos más propensos a provocar infecciones digestivas son:
Zumos y lácteos sin pasteurizar
Mayonesas y huevos crudos
Alimentos congelados que han sido descongelados y conservados en temperatura ambiente o calor
Pescado y marisco crudo
Frutas y verduras que no se han lavado correctamente
Carne y aves crudas
Las bacterias más frecuentes implicadas en estos procesos son las siguientes:
Escherichia Coli (E.Coli)Salmonella
Shigella
Estafilococo
Clostridium
Tratamiento
El tratamiento será farmacológico en algunos casos (prescrito por el médico) dependiendo del tipo de agente causante, siendo por lo general antibióticos, antidiarreicos y antiheméticos. Además, será necesario aplicar un tratamiento para paliar los síntomas:
Para controlar la diarrea
Beber lo suficiente, de forma moderada pero continua, siendo recomendable tomar agua con electrolitos o suero oral
Comer en pequeñas cantidades
Comer alimentos salados y con alto contenido en potasio como las patatas
Para controlar los espasmos de la diarrea, se puede usar una bolsa de agua caliente que relajará la musculatura y calmará el dolor
Seguir una dieta basada en alimentos astringentes.
Pasta, arroz blanco (hervido con el caldo)
Cereales como trigo, cebada, maíz
Hortalizas como las zanahorias
Patatas cocidas
Caldo absolutamente desgrasado
Té o infusiones
Frutas como el membrillo, plátano, manzana, limón
NO se deben tomar:
Fritos muy grasos, rebozados
Verduras que pueden provocar gases como el brócoli, el pimiento, alubias, guisantes
Frutos secos
Legumbres
Evitar cafeína, alcohol, bebidas carbonatadas
Limitar los lácteos y la leche en general (el yogur en alguna ocasión está permitido)
Es necesario además seguir una serie de recomendaciones:
Si se están tomando medicamentos, es importante avisar al médico si se están sufriendo intensas diarreas o vómitos, ya que es posible que estos pierdan su efectividad.
No auto-medicarse.
Si no hay posibilidad de que el agua esté tratada, es importante usar agua embotellada.
Lavar bien las manos antes de manipular cualquier alimento y de comer.