Durante la ovulación uno de tus ovarios libera un óvulo que viaja por las trompas de Falopio hasta el útero. La fecundación ocurre en las trompas de Falopio. Si no se produce la fecundación, el óvulo muere aproximadamente de 12 a 24 horas después de su lanzamiento.
La ovulación a menudo se acompaña de varios síntomas, que son bastante fáciles de identificar.
Calambres Los calambres durante la ovulación son una molestia muy común. Se producen cuando se rompe el folículo y se libera al óvulo. El dolor se puede sentir en un lado del abdomen, dependiendo del ovario que ha ovulado. Aunque no es grave, este malestar puede sentirse como un pinchazo y durar sólo unos minutos, o puede ser más intenso y durar algunas horas. Si tienes calambres muy severos, es posible que desees consultar a un ginecólogo para ver si se trata de algo más serio.
Temperatura corporal Otro síntoma común de la ovulación es el aumento de la temperatura corporal. Estos cambios de temperatura se deben a las fluctuaciones en los niveles hormonales. Durante la primera mitad de tu ciclo menstrual los niveles de estrógeno son altos, pero una vez que ha ocurrido la ovulación, los niveles de estrógeno disminuyen y los niveles de progesterona aumentan. Esta es una señal de que tu útero está listo para la posible implantación de un óvulo fecundado.
La progesterona aumenta la temperatura de tu cuerpo desde medio grado hasta un grado. La medición de temperatura alcanzará su punto más bajo justo antes de ovular porque los niveles de estrógeno siguen dominando, pero más adelante el valor subirá de inmediato una vez que ocurra la ovulación.
La forma más fácil de medir la temperatura corporal basal es utilizar un termómetro básico. Lo ideal es mantener el registro de temperatura durante unos meses para obtener un patrón de cómo reacciona tu cuerpo cuando vas a ovular.
Moco cervical clara de huevo Durante la ovulación el moco cervical normal, que es típicamente blanco y ligeramente grueso, se tornará transparente y resbaladizo, con una consistencia similar a las claras de huevo.
Para explicar por qué sucede esto es necesario entender cómo funciona el cuello del útero. Durante el inicio de tu ciclo menstrual, el cuello del útero está bajo, duro y cerrado. A medida que avanzas hacia la ventana más fértil, es decir la ovulación, el cuello uterino comienza a ablandarse y a abrirse lo suficiente como para permitir el paso de los espermatozoides. Como resultado de ese ablandamiento y de los cambios hormonales se produce el moco cervical descrito anteriormente. Es abundante, delgado, resbaladizo, transparente y viscoso. Se puede estirar hasta 1-2 pulgadas entre los dedos sin romperse.
Distensión o inflamación abdominal ¿Tus ropas se sienten un poco más ajustadas de lo habitual? Esto podría deberse a la hinchazón, un síntoma común de la ovulación que ocurre en la mayoría de las mujeres. La hinchazón aquí es similar a la que observamos durante el síndrome premenstrual, puede variar desde muy leve a muy intensa.
La sensibilidad en los senos La sensibilidad de los senos es un síntoma común durante la ovulación debido al aumento en los niveles de progesterona, justo cuando se libera el óvulo. En esta etapa los pezones pueden sentirse particularmente sensibles.
Manchado vaginal Este manchado puede lucir como el período, pero será mucho más ligero, en forma de manchas en lugar de un flujo sanguíneo continuo. Puede durar desde unos pocos minutos a unas pocas horas. Si se acompaña de calambres abdominales, aumento de la temperatura corporal basal y aumento en la cantidad de moco cervical, entonces definitivamente estás ovulando.
Si tus períodos son irregulares significa que estás ovulando de forma irregular, por lo que prestar mucha atención a los síntomas mencionados anteriormente será una buena estrategia para determinar cuando el óvulo será o ha sido liberado.