Uno de los ejercicios ideales para mejorar los glúteos y que nunca debe faltar en tu rutina son las sentadillas. Las hay de muchos tipos con peso, sin peso, apoyadas a algo o libres, etc. pero nadie duda en que practicar muchas repeticiones de este ejercicio genera resultados bastante buenos.
Si bien las sentadillas son uno de los ejercicios más comunes y que todo el mundo puede hacer, entre sus distintas variantes hay una que pocos conocen o no toman en cuenta; las sentadillas asiáticas que te presentaremos a continuación.
¿En qué consisten?
Sencillamente es un tipo de sentadillas donde no hay peso que oponga resistencia, pero se debe intentar bajar lo más posible hasta llegar casi a la posición en cunclillas en la que suelen poner los niños al jugar. La dificultad está en una vez tomada la posición lograr mantenerla, porque requiere de bastante equilibrio, concentración y resistencia corporal.
Precisamente en el esfuerzo empleado en los tres últimos elementos mencionados que está el secreto y la razón por la que producen resultados en forma inmediata.
La razón por la que se denominan asiáticas es porque en esa cultura es común ver a las personas colocarse en la posición descrita por largo periodo de tiempo, incluso mientras mantiene una conversación.
¿Dónde está el secreto para realizar las sentadillas asiáticas correctamente?
El principal secreto está en realizar los movimientos con suavidad y concentración a la hora de bajar, flexionando bien las extremidades inferiores en especial los tobillos. También intentar mantener una buena posición en las piernas, abriéndolas un poco para poder soportar mejor el peso del cuerpo y así lograr equilibrio.
Estas sentadillas asiáticas pueden aparentar ser sencillas, pero al momento de hacerlas se complican por lo que es un buen ejercicio para ir desarrollando control corporal que se traducirá en un mejor desempeño en tus otras rutinas de entrenamiento.