¿Qué son las EMOCIONES?
Comenzaremos por recordar que una emoción es un estado afectivo que experimentan las personas, una reacción al medio ambiente que además provoca cambios orgánicos (tanto a nivel fisiológico como a nivel endocrinológico). Las sensaciones tienen un origen innato, y en muchas oportunidades están influenciadas por la experiencia.
Podemos decir que las emociones tienen el objetivo de adaptar a nuestro organismo a lo que nos rodea. Por mucho tiempo se consideraba que las emociones eran poco importantes, en esa época se consideraba que la parte racional era mucho más importante. Pero las emociones nos ayudan a indicar los estados internos personales, las motivaciones, las necesidades y los deseos, incluso nos ayudan a determinar los objetivos.
Desde muy pequeños comenzamos a adquirir emociones básicas como el enfado, el miedo o la felicidad (5 emociones de FELICIDAD).
Todas las personas experimentan y viven las emociones de una manera diferente y particular, esto se basará en las experiencias anteriores, en el carácter y en el aprendizaje. Algunas reacciones fisiológicas y comportamientos que desencadenan determinadas emociones se puede decir que son más innatas, otras se irán adquiriendo a lo largo de la vida.
Categorías de las emociones
En término general podemos decir que existen seis categorías básicas de emociones:
miedo,
sorpresa,
aversión,
ira,
alegría,
tristeza.
¿Por qué se produce una u otra emoción?
El miedo aparece frente a una anticipación de una amenaza o cuando se está en peligro, nos genera ansiedad, inseguridad e incertidumbre.
La sorpresa suele ser una emoción transitoria, nos genera asombro, sobresalto y cierto grado de desconcierto.
La aversión nos genera disgusto y molestias, en estos casos tendemos a alejarnos del objeto que nos genera esa sensación.
La ira nos provoca resentimiento, rabia, irritabilidad y hasta furia.
Por otro lado encontramos la emoción de alegría, la que nos da gratificación, una sensación de bienestar y de seguridad.
Y, por último, nos referiremos a la tristeza, una emoción de soledad, pesimismo y pena.
¿Qué hacemos al sentir una de estas emociones?
En el caso de sentir miedo las personas tendemos a buscar protección,
si sentimos sorpresa nos podremos orientar y parar frente a una nueva situación.
En el caso de la aversión sentiremos rechazo hacia lo que se tiene delante,
la ira nos induce hacia la destrucción
y la alegría nos genera que tengamos ganas de volver a vivir el suceso que nos hizo sentir bien.
La tristeza nos motiva a que nos reintegremos como personas.
Consejos para ESCUCHAR tus EMOCIONES
Las emociones cuentan con componentes conductuales particulares, son una manera de poder mostrarlas externamente. Generalmente las emociones se controlan, las basamos en un aprendizaje tanto cultural como familiar.
Las damos a conocer mediante expresiones faciales, gestos y acciones, componentes que no siempre son lingüísticos o de expresión verbal, no olvidemos que existe una comunicación verbal que es muy útil e importante.
Las emociones se relacionan con los estímulos que las desencadenan, es decir, frente a una situación determinada se puede producir ansiedad, miedo, alegría. También puede suceder que la reacción emocional se asocie a una representación mental de dicho estímulo sin que se haya generado.
No siempre resulta sencillo encontrar espacios de silencio para poder escuchar nuestros sentimientos y emociones ante el ruido del entorno que nos rodea pero también, ante ese miedo interno marcado por ideas irracionales, miedos, sentimientos negativos, fantasmas psicológicos y ladrones de energía que minimizan nuestro potencial y que incluso, nos absorben. Durante el próximo mes de diciembre se celebra la Navidad, una fiesta que viene acompañada por reencuentros familiares que, en muchos casos, dejan la puerta abierta a heridas que no fueron sanadas en su momento.
¿Cómo escuchar tus emociones y vivir mejor?
Durante el otoño y el invierno, cuando los días son más cortos, es una necesidad emocional aprovechar las horas de luz solar para estar en contacto con entornos naturales, pasear y hacer recados. Lo ideal es que cada día encuentres diez minutos para estar en contacto con una zona verde. Este pulmón de oxígeno natural es vital para conectar con tu yo interno.
No es necesario tumbarte en la cama para echarte una siesta. Es suficiente con tumbarte en el sofá o en la cama, simplemente, para descansar durante un rato e intentar dejar la mente en blanco. Este ejercicio puede ser útil para estar a solas y tener tu propio espacio.
Las bibliotecas son centros culturales que están llenas de la vida de las palabras de tantos autores que dejaron su huella en la historia. El silencio de las bibliotecas resulta inspirador para el crecimiento personal. Especialmente, cuando al bucear entre las estanterías y consultar los libros disponibles, encuentras una joya que te inspira gracias a un título que llama tu atención.
Valora el lado positivo de las redes sociales como una forma de comunicación que permite a las personas decirse mensajes que tal vez, no se dirían personalmente. La escritura resulta más creativa para decir mensajes que tal vez nos cuesta más decir cara a cara.
Coge tu cámara de fotos y anímate a hacer fotografías de paisajes de tu ciudad que llaman tu atención. Una imagen tiene un gran poder de información, sugiere sin necesidad de utilizar palabras.
Aparca el presente y el pasado para concentrarte plenamente en este instante. Puedes realizar movimientos corporales y centrarte en ellos para conectar con el ahora.
Utiliza un diario personal para anotar por escrito ideas que vienen a tu mente de un modo recurrente. Por ejemplo, pensamientos automáticos que envían una información negativa y que roban la paz.
Trabajar tus emociones, dinámicas muy beneficiosa
Existen diferentes actividades que nos ayudan a trabajar las emociones para sacarle el mayor beneficio. En la entrada de hoy te brindaremos algunas dinámicas para incrementar la inteligencia emocional, tanto en los pequeños como en los adultos.
Tengamos en cuenta que la Inteligencia Emocional es un concepto del que se habla mucho en la actualidad, muchas investigaciones demostraron que genera grandes beneficios para la salud mental y el rendimiento.
Podemos definir la inteligencia emocional como la habilidad que tienen las personas de identificar, entender y regular las emociones propias y de las otras personas, la misma puede ser aplicada tanto en el entorno clínico, educativo y laboral.
Muchos expertos en la materia consideran que la educación emocional tendría que debería ser obligatoria en todos los centros educativos ya que los alumnos emocionalmente inteligentes pueden gozar de un mayor bienestar mental y tener una personalidad más fuerte, que esté preparada para distintas adversidades que se puedan presentar en su vida en el futuro.
Si estás interesada o interesado en educar la inteligencia emocional de los niños debes saber que existen distintas actividades que ayudan a los más pequeños a desarrollar sus habilidades emocionalmente inteligentes.
Una de las dinámicas más conocidas se basa en la confianza del grupo. La autoconfianza es uno de los puntos más importantes que nos brindan fuerza y valentía, nos ayuda a conseguir objetivos y superar los momentos más complicados que pueden ir apareciendo en el camino. Si tenemos expectativas positivas que nos ayudan a tener objetivos positivos podremos orientarnos mejor en la resolución de los problemas.
Esta dinámica es fácil de realizar.
Se puede hacer en el aula, solo se tiene que hacer un círculo con los niños. Los que conforman el círculo deben abrir levemente las piernas y darse las manos, después se separarán de forma que los brazos queden estirados. Se enumerarán los niños con los números uno y dos. Las personas que tengan el número uno irán hacia adelante y las personas con el número dos hacia atrás.
Es necesario que los niños vayan atrás o adelante despacio para alcanzar el punto de equilibrio. Luego de la dinámica se hacen una serie de preguntas para que los miembros puedan compartir sus experiencias y asimilar mucho mejor lo que se aprendió.
Dinámica de autoconocimiento
Otra dinámica muy conocida se denomina ‘el juego del nombre’ tiene el objetivo del autoconocimiento, es un juego muy bueno para que sea realizado por niños. Es simple y útil para que los pequeños conozcan las cualidades positivas, lo que ayudará en su autoconocimiento.
Se les reparte a los pequeños dos hojas de papel y se les pide que anoten su nombre y apellido. Luego, en una de las hojas se les pide que con cada letra de su nombre apunten las cualidades que sienten que tienen.
En la otra hoja se les pide que escriban el nombre de alguien que ha influido en su vida y que pongan palabras que expresen cómo les han influido éstos. De esta forma se establece un vínculo entre los valores y el autoconcepto que han sido asociado a uno mismo, creando una narración autobiográfica acerca del desarrollo de la personalidad que permite consolidad los recuerdos.