La tristeza como percepción errónea de una realidad que simplemente ES.
Nuestros procesos emocionales, muchas veces son una trampa en la que caemos después de sostener una percepción errónea sobre una interpretación de la realidad.
La aceptación de tu emoción, es el primer paso para superar lo que, simplemente, ES aquí y ahora y además pasajero.
Estar triste, desde el punto de vista de la práctica de la atención plena o mindfulness, no es algo bueno ni malo. Como señala Christophe André en su libro "Los estados de ánimo. El aprendizaje de la serenidad", "el buen humor, la paz interior, la confianza, la serenidad, pero también la depresión, la inquietud, la nostalgia, la irritación, la desesperación, son una mezcla sutil de emociones y pensamientos que nos acompañan en todo momento de la vida".
El problema radica cuando entramos en una vía de no aceptación de lo que en ese momento que vives, y quieres salir por todos los medios de una situación, cuando en realidad, desde la no aceptación, provocas una especie de bucle emocional desde el que se dificulta la salida.
A veces estamos contentos, a veces estamos tristes, pasamos por periodos de serenidad, atravesamos oscuros túneles que parecen no tener fin, pero por detrás de ese estar triste o estar contento, está tu verdadero YO ESENCIAL.
Un YO inmutable que permanece observador de todo lo que acontece y con el que trabajamos en las prácticas de mindfulness o atención plena.
Te lo expresaré de otro modo. En un día el cielo puede ser atravesado por una espesa niebla que reduce la visibilidad, a mediodía hacer un sol espléndido y por la tarde y tras encapotarse el cielo, caer una enrome tormenta de lluvia, relámpagos y truenos que pareciese el fin del mundo?y poco después, las nubes vuelven a disiparse y huele a humedad?pero durante todo el día, y aunque no lo veamos?el cielo seguía perfectamente azul.
¿No es así como atravesamos nuestra propia vida?. Estar triste no es un estado definitivo como estar alegre tampoco lo es, pero detrás de esas emociones hay un YO que puede observar ese estar triste y ese estar alegre.
¿Qué te parece trabajar con esta idea?. Sentarse a meditar es una buena práctica para comenzar a "darte cuenta" de que saber aceptar sin juzgar, te cambia?¡¡vaya si te cambia!!.
La diferencia de estar triste a estar feliz o alegre es considerable, claro que sí, pero intentar salir corriendo del estado de tristeza e intentar aferrarse al estado de alegría, sin aceptar que los dos son inevitablemente pasajeros, nos lleva por un camino vital en modo "montaña rusa" que termina resultando peligroso.
De estar triste o estar alegre, por hablar de dos emociones contrapuestas, todos y todas podíamos hablar largamente.
Me encantaría que pusieses algún comentario al final de este post para seguir hablando de algo tan interesante, ahora cierro este texto con las palabras del escritor estadounidense Andrew Solomon, autor del libro "El demonio de la depresión" que de estar triste y de depresiones sabe algo, y aunque no esté de acuerdo con algunas de sus afirmaciones, sobre el asunto dice "He descubierto una cosa que estoy obligado a llamar alma, una parte de mí que no hubiera podido ni imaginar antes de que un día, hace siete años, el infierno me hiciese una visita inesperada. Casi todos los días sufría relámpagos de desesperación y en cada ocasión me preguntaba si estaba perdiendo el control. Esas sensaciones me horrorizan, pero sé que me han empujado a mirar la vida más cerca, a descubrir razones para vivir y saber sujetarme firme. Me es totalmente imposible lamentar el curso que ha tomado mi vida. Cada día, a veces valientemente y a veces en contra de la razón, elijo vivir. ¿No es una rara felicidad?"
Y es que la línea entre estar triste o estar alegre es muy débil, pero ese alma o YO ESENCIAL que nos permite actuar como simples observadores de una realidad que ES sin juzgar, pero sin resignarse, son la fuerza para "darnos cuenta" de que todo, simplemente, ES aquí y ahora y desde ahí tomar el rumbo para SER lo que tú quieres SER.
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