En primer lugar, tiene dos significados distintos:
- Dejar el resentimiento o la ira
- Perdonar una ofensa, dejar de desear castigo o recompensa
Me voy a centrar en la primera acepción, que es lo suficientemente amplia como para incluir situaciones en las que no has dejado alguien fuera de tus acciones morales o legales, pero sin embargo quieres estar en paz respecto a lo sucedido. Encontrar el perdón puede ir de la mano con la búsqueda de la justicia.
En segundo lugar, a veces hay el temor de que si perdonas a una persona, eso significa que apruebas su comportamiento (como darle un
pase gratis para el delito). De hecho, se puede ver una acción moralmente criticable y no estar enojado con la persona que lo hizo. Tú podrías continuar sintiendo tristeza por el efecto sobre ti y los demás y tomar medidas para asegurarte de que nunca vuelva a suceder, pero sin sentirte agraviado, vengativo, o sentir reproche.
En tercer lugar, el perdón puede parecer sublime, como si solo se aplicara a las cosas grandes, como crímenes o adulterio. Pero el perdón es más para los pequeños golpes de la vida cotidiana, cuando otros te defraudan, te frustran o te molestaban, o simplemente te tratan de manera equivocada.
En cuarto lugar, paradójicamente, la persona que obtiene el máximo provecho del perdón es generalmente quien perdona. Una de las razones es que a menudo perdonamos a las personas que nunca saben que los hemos perdonado, la mayor parte del tiempo no sabían que nos sentíamos agraviados! Además, ten en cuenta dos situaciones: en una, alguien tiene algo contra ti, pero entonces te perdona, y en la otra situación, tu sientes rencor contra alguien, pero luego lo liberas. ¿Cuál situación te libera un peso más grande de tu conciencia? Generalmente es el segundo, ya que tu conciencia te acompaña donde quiera que tu vayas.
Fundamentalmente, el perdón te libera de las complicaciones de la ira y la venganza, y de las preocupaciones del pasado o de los pensamientos que pasan por tu mente respecto a la persona con quien estás enojado. Cambia tu sentido de tí mismo de un estado pasivo en el que te ocurren cosas infortunadas, a aquel en el que tu eres activo y protagonista del cambio de tus propias actitudes; eres martillo ahora, deja de ser clavo. Esta condición amplía tu percepción para ver la verdad de las muchas cosas que hacen que las personas actúan como lo hacen, poniendo todo lo que sucedió en contexto, en un todo más grande.
Y más profundamente, en la medida que te perdones a ti mismo, que puede coincidir con correcciones importantes en tus propios pensamientos, palabras y obras, tu profunda y natural bondad se manifiesta cada vez más.
¿Cómo?
Lo mejor que puedas, cuídate a ti mismo y a los que dependen de ti. Protéjete de daños reales o potenciales. Has lo que sea necesario para reparar el daño sufrido. Sigue teniendo una buena vida.
Pide apoyo. Somos intensa y visceralmente animales sociales. Es mucho más fácil perdonar a su agresor cuando se tiene testigos de que hemos sido maltratados. Este punto también habla de la importancia de dar testimonio de los daños causados ??a otros, bien sea que se trate de los efectos de la frialdad del trato de un adolescente, o el impacto de los prejuicios religiosos en millones de personas.
Honra tu herida. Trata de no sentirte abrumado, pero mantente abierto a la conmoción, el dolor, la sensación de injusticia, ira, u otros aspectos de la experiencia vivida. Deja que los pensamientos y sentimientos y deseos relacionados afloren y vayan y vengan en el tiempo con sus propios ritmos orgánicos. Perdonar no se refiere a cerrar tus sentimientos; abrirse a la experiencia en un espacio de realidad de tu conciencia es una ayuda para el perdón.
Revisa tu historia. Ten cuidado de no exagerar lo horrible, significativo, o imperdonable que fue el incidente. Ten cuidado de no asumir intención; con el ritmo de la vida moderna, la mayoría de nosotros estamos bastante estresados ??y aturdidos la mayor parte del tiempo, tal vez desafortunadamente sólo te interpusiste en otro mal día de alguien. Pon el evento en perspectiva: ¿Fue realmente una gran cosa, teniendo en cuenta todas las cosas buenas acerca de la persona que te molesta? Tal vez fue una gran cosa, pero tal vez no lo fue.
Aprecia el valor del perdón. Pregúntate a tí mismo: ¿Qué costo tiene mi resentimiento para mí? Que costo tiene para las personas que me importan? ¿Cómo sería si me deshago de esas cargas?
Ve el gran escenario. Ten en cuenta las 10.000 causas que pesan sobre la persona que te hizo daño, al igual que su vida, su infancia, padres, sus finanzas, su temperamento, su salud, su estado mental poco antes de lo que pasó, etc.
Trata de no tomar tan a pecho las heridas. Hay un viejo refrán que dice: Cada día hiere pero el último mata. Todos en algún momento somos heridos. Esto no significa que te conviertas a tí mismo en un objetivo o dejes a los agresores fuera de la mira, pero sí significa reconocer que el precio de estar vivo incluye un poco de dolor inevitable y el riesgo de lesiones graves en una forma u otra. No es personal. Es la vida. No debemos sentirnos ofendidos por esto.
Ayúdate a tí mismo a estar en paz. Acepta que el pasado no va a cambiar. Desconecta tu mente de tu historia. Mantente alejado de las personas que avivan las llamas de la indignación. Concéntrate en las cosas buenas en tu vida, en la gratitud. Ya es bastante malo que alguien te haya hecho daño, no magnifiques la herida manteniendo a tu agresor en tu mente, por ejemplo, alguien puede haberte quitado tu dinero, pero
no dejes que también te quite tu mente.
Traducción del artículo "Forgive" escrito por Rick Hanson, Ph.D., http://www.huffingtonpost.com/rick-hanson-phd/forgiveness_b_2060085.html?ncid=edlinkusaolp00000003