La culpa es una emoción muy poderosa, que nos empequeñece.
La culpa en sí, por decirlo de alguna manera, cierra los sistemas de energía de tu cuerpo y por lo tanto disminuye y, en casos extremos, bloquea el flujo de la Energía y el Amor Divinos hacia todo el cuerpo.
Como cada una de tus células tiene conciencia, ellas también pueden llevar la esencia y la energía de la culpabilidad dentro de ellas, lo cual hace a su energía más densa. Con esta energía más densa fluyendo a través de todo nuestro cuerpo y en los núcleos mismos de las células, las enfermedades con las que has trabajado en tu lucha por lograr el crecimiento espiritual y la luz, dejan un residuo. Esto sucede aunque pienses que han sido curados. Este residuo que permanece en el cuerpo debido a que no sabes perdonarte a tí mismo actúa como un anteproyecto para la creación de la misma enfermedad o de una similar.
Es posible, sin embargo, que este anteproyecto de energía densa pueda migrar de una parte del cuerpo a otra.
Así es como funciona. Tú sigues una disciplina espiritual y escoges trabajar conscientemente sobre una u otra área de crecimiento, o sobre una enfermedad en particular, o sobre el perdonar a otra persona. Tú haces el trabajo con la energía y con lo que ves como el trabajo de perdonar; pero al hacerlo, te concentras más en liberar y perdonar a la otra persona, sin realmente trabajar en la verdadera cuestión, que es el perdonarte a ti mismo.
Muchos estamos haciendo esto a medias, porque la parte nuestra que en este momento está espiritualmente consciente condena a las otras partes por haber estado tan equivocadas y por haber desperdiciado tanto tiempo.
No puedo expresar la importancia tan grande que tiene el perdonarse a uno mismo, porque este perdón y esta aceptación de uno mismo son las claves para sobrevivir a los cataclismos de un mundo turbulento. El perdonarse a uno mismo y la propia aceptación tienen una influencia positiva directa sobre el funcionamiento del sistema inmunológico.
Muchos creen que el acto de perdonarse a sí mismos para mejorar su salud provoca un conflicto de causas. Creen que solamente perdonarán para mejorar su salud. Sin embargo, yo te digo que en sí mismo el acto de perdonar, y hablo especialmente del perdón a uno mismo, te llevará a estar más en contacto con la luz de tu alma, donde no existe un conflicto de causas.
La estructura del Universo es de luz y amor, y para que esa luz y ese amor fluyan hacia los lugares donde la luz y el amor no llegan, ese flujo debe ser abierto para convertirse en un flujo mayor.
El perdón es una de las cualidades universales de clemencia que ayuda a desbloquear y así permite que la luz y el amor fluyan.
El acto de perdonarse a sí mismos, y el proceso que atraviesa en los niveles físico, emocional y mental, te enseñará mucho acerca del funcionamiento de la psique humana. Por lo tanto, te capacitará y fortalecerá para que puedas abrazar a otros con compasión y auténtico perdón.
El verdadero perdón sólo puede venir de un corazón libre de culpas, de un alma que se ha perdonado realmente y que se encuentra llena de la luz de la aceptación de sí misma.
Así que, ¿qué es el perdón? ¿Cómo podemos aprender a perdonar, y cuál es el proceso detrás del perdón?
Muchos tienen miedo de iniciar el proceso del perdón porque sus motivos no son muy claros, y entonces sienten que no están realmente perdonando.
Perdonar es escoger cambiar un pensamiento, una creencia y una emoción con respecto a otras personas y situaciones.
Como todo en el Universo es energía, el perdón también es un proceso de transformación de energía. Tanto el perdonar como el no hacerlo es una elección. Cuando existe alguien en tu vida a quien crees no poder perdonar, entonces la energía de esa persona y de esa situación permanecen dentro de su aura.
Esto significa sencillamente que el perdón es como cualquier otro proceso de auto-curación.
Porque el perdón en sí mismo es un proceso de desenredar aquellas partes de los cuerpos mental y emocional que se encuentran enredadas en las energías densas que la situación con la otra persona conlleva. Además de esto, hay líneas de energía que existen entre cada uno de nosotros y cada una de las personas con quienes hayas tenido un intercambio alguna vez, sin importar lo triviales hayan sido estos intercambios.
En esencia, tu aura tiene memoria genética, y esto es lo que dispara la intuición, déjà vu, y algunas campanas de advertencia.
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