Nuestro cuerpo es el templo de nuestra alma, y según el estado de la misma, nuestro cuerpo estará bien estructurado o no, lo que hará que nuestro cuerpo, desde afuera, se vea de una o de otra forma. Aquí han aparecidas muchas corrientes de pensamientos psicológicos y demás, para ayudar uno a entenderse; y dejo a cada uno, y cada una, la responsabilidad de experimentar en su propia unidad orgánica viva, cuerpo, mente y espíritu, cuál de estos procesos, te permite disfrutar de tu vida, momento a momento.
Por un instante, siente tu cuerpo como un saco de piel, dentro del cual está toda la sabiduría humana que te permite vivir; consciente, o no, de ello... Dentro de esta piel está la estructura básica profunda, los huesos, sobre los cuales se juntan los órganos internos, los músculos, las glándulas, etc. En su 70% liquido.
Los tejidos conectivos
Lo que permite que todos queden en su sitio son los llamados tejidos conectivos; existen en muchas formas, todos tienen colágeno y otras macromoléculas, también tiene distintos niveles de organización. Los tejidos conectivos densos como los tendones, que conectan los huesos o músculos, mientras los más fibrosos ligamentos conectan huesos con otros huesos.
Otra un poco menos densa y más elástica como los fascias; esta fina capa de piel blanca y elástica envuelve todo lo que está en el cuerpo, desde los músculos, los vasos sanguíneos, los nervios, y los órganos internos, y desliza de manera fluida cuando está libre de tensiones.
Finalmente, el tejido conectivo mesenquimal, que es el más común, aunque el menos valorado y entendido; muy importante, este tejido conectivo suelto está asociado con un entorno altamente líquido, y que también une, agua, iones, y sustancias químicas juntamente llamadas la matriz viva. Tiene las propiedades que unifican exquisitamente todas las partes del cuerpo (puede ser hasta la mente), lo que es una metáfora perfecta por lo que es la estructura del Nei Jia Quan, del Yoga, o de algunos bailes.
Para que todo sea fluido, y tan elástico como una goma, uno podría aprender a afinar estas tensiones internas para que todo su ser vibre de la mejor manera. Somos como un instrumento con cuerdas que vamos afinando, o desafinando, a lo largo de los años.
Es de cada uno hacerse responsable de cómo se siente a gusto consigo mismo; y no al otro, y aunque tengas maestros, coaches, entrenadores, y compañía, TÚ eres el único responsable de ti mismo.
El Nei Jia Quan
Aquí aparece la idea desarrollada en las artes internas chinas de niveles adelantados, y cada vez más conocida, de considerar todo el cuerpo como un solo músculo, que se mueve, si uno ha conectado su intención con sus células, en una sola unidad; una parte se mueve y todo se mueve. La intención es importante porque es ella que te permitirá juntar todas las articulaciones de tu cuerpo, con el fin de sentir su estructura, encima del cual todos los tejidos blandos se moverán según tus designios.
Esta es la parte muy poca conocida, que consiste en mandar una orden a tus tejidos para que se muevan encima de tus huesos, sin que estos tengan que moverse. Extraño al leerlo, aunque plenamente desarrollado en Nei Jia Quan. Si quieres entenderlo de manera directa es muy sencillo:
Sentado en una silla, coges uno de tus muslos con tus dos manos, y empiezas a moverlo suavemente hacia un lado sin que tu pierna se mueva. Cuando llegas al 90% del movimiento, más o menos, sentirás una pequeña resistencia, desde este punto, permite que tu muslo vuelva hacia el otro lado, acompañándolo con tus manos, hasta que sientas la misma sensación otra vez, y acompáñalo de la misma manera hacia el otro lado; y repite este movimiento suficientemente hasta que experimentes claramente, y sin duda ninguna, el movimiento de tu muslo encima del hueso, sin que este se mueva.
Esta es la primera etapa para después llegar a repetir esta misma sensación pero esta vez de pie, y solamente utilizando la intención para reproducir el movimiento de los dos muslos al mismo tiempo. No es fácil, pero si es realizable y tiene un beneficio maravilloso sobre todo en el cuerpo cuando está bien hecho.
Esta, es una de las razones por la cual hablamos de artes internas, y por esta misma razón estos ejercicios son muy beneficiosos para el practicante acostumbrado. Con el tiempo uno puede mover todos los tejidos de su cuerpo, desde los pies hasta lo alto de su cabeza, pasando por los brazos, de una manera muy placentera, y con movimientos apenas visibles desde afuera. Uno gana mucha flexibilidad y coordinación fina gracias a estas prácticas. Si te parece difícil de sentirlo con los muslos puedes probar el mismo ejercicio con el músculo de tu ante brazo.
Esta práctica de tensiones internas o espirales, fortalece los músculos, los tendones, y las fascias; y practicado de forma regular, desarrolla tonicidad física y aumenta la energía vital. Es un maravilloso complemento a la meditación de pie.
En Nei Jia Quan, es requisito aprender a unificar todos los componentes internos del cuerpo, y por esto mismo, pocas personas toman el tiempo de profundizar en ello porque es simplemente complicado, y pide mucha dedicación y práctica. Y solamente a través de esta unificación puedes saber lo que es un cuerpo utilizado como un solo músculo, y no solamente en clase mientras practicas, pero momento a momento, todo a lo largo del día, toda tu vida. Esta es, para mí, la finalidad de las artes internas: desarrollar la presencia, momento a momento, años tras años.
Excusas para ponerlo en práctica
"A mí me gustaría experimentar todo esto, pero no tengo tiempo para practicar..."
Desde estos últimos años es una frase que he escuchado de muchas personas, de muchas edades distintas, y me parece una buena excusa para evitar pasar tiempo agradable con uno mismo...
¿Qué puede ser más importante en tu vida que pasar una hora, sobre 24h, contigo mismo, contigo misma? 30 horas al mes, 360 horas al año, o 15 días en un año. Momento para ti solo, sin pareja, amigos, familiares, niños etc...
Nada y nadie es más importante que tu, hacer algo para ti mismo. Cuando hablo de practicar, las palabras más exacta serían conocerte a ti mismo; físicamente, mentalmente, y emocionalmente. Si tú no lo haces, ¿quien lo hará por ti?
Cada momento es un buen momento para conectar contigo mismo, para parar un instante, sintonizar con tu postura, con tu respiración, con tus pensamientos, con tus emociones; y para esto, no necesitas nada más que irte hacia dentro de ti mismo, y aceptar lo que hay, en este mismo momento, sin juzgar, analizar, o probar en cambiar nada. Esto es el regalo más grande que te puedes hacer cada día; el presente más valioso que harás para tu entorno directo, y el universo. Sin nadie que te diga lo que tienes que hacer, cuando hacerlo, para qué hacerlo, y cómo hacerlo; escúchate, y hazlo tu mismo.
Escuchar. Sentir. Respirar.
Tocar este algo ilimitado,
La paz interna.
Ser sin hacer.
SER
Sienta te, siente te, se
Inhala... Exhala... Inhala... Exhala...
Siente tus isquiones, deja tu peso en la silla,
Tu cabeza alza hacia los cielos y se tranquiliza,
Tus pies toman raíces en la tierra,
Como árbol, nacido semilla,
Hoy has venido a compartir la fruta,
Solo tú puedes conocerla,
Momento a momento,
Observa,
Paz...
Es muy importante que uno mismo, un día, se sienta y reflexione conscientemente, tanto como deje de pensar; y su mente quieta, su corazón abierto, animados por sus emociones, vivencien un cuerpo ágil y flexible como un bambú, y tan bien enraizado como un roble.
Tienes cada momento de tu vida, para Practicar.
Ahora mismo, mientras lees estas palabras, ¿Estás sintiendo tu cuerpo?, ¿estás sentado en tus isquiones?, ¿tu respiración está suelta, o dificultada?, ¿tu cabeza está ligeramente sujetando el cielo?
Me imagino que acabas de darte cuenta que tu cabeza estaba con la lectura, y tu cuerpo a lo suyo. Y no pasa nada mientras eres consciente de ello, y vuelves a ti mismo de vez en cuando.
Cada instante del día es un buen momento para volver a ti mismo, sentir cómo estás emocionalmente, como estás de pie, si tu peso va más a la derecha o a la izquierda, mientras piensas hacia dónde vas, lo que vas a hacer, te sientes desde dentro, y observas, escuchas, y te desplazas. Conectado desde adentro hacia afuera, conscientemente, para la mejora de un estado que solamente se adquiere a través de horas y horas de consciencia de estar totalmente dormido, como lo describió, hace algunos cuantos años atrás, G I Gurdjieff.
¡Dormidos estamos todos, hasta darse cuenta de ello, y empezar el despertar; momento a momento!
Un viejo amigo del camino, hoy en día de vuelta al océano, me decía regularmente:
Si tú piensas que ya lo tienes, mal asunto, porque nunca se acaba el conectar con el momento eterno; maestro único de nuestro ser despierto, o dormido.
¿Y ahora mismo sientes tus isquiones? ¿Tu respiración?
Sigue conectando con tu respiración, de vez en cuando, cada día, a cada momento; para todo, recuérdate a ti mismo y disfrútalo, comiendo, andando, comprando, conduciendo, esperando, sentado, de pie o tumbado; cada momento es bueno para recordarse a sí mismo.
Y un día, de repente, te darás cuenta que tu mente está quieta, tus emociones estables, y el interior de tu cuerpo como vacío, aunque plenamente presente en tus movimientos y lleno de tu aliento. Tu centro motor, tu centro emocional, y tu centro mental, funcionando los tres a la vez, unidos dentro de un solo músculo, vibrando momento a momento... de forma consciente, y no automática.
Namaste.