Éste texto está extraído del libro "La enfermedad como camino". Creo que facilita mucho la comprensión de una enfermedad que parece que está arrasando en todo el planeta y que muchas veces no se le otorga la importancia que le corresponde.
Si te sientes deprimido, buscas respuestas y estás dispuesto a reconocer que ese no es tu estado natural, quizás pueda servirte de ayuda.
"La depresión es un concepto compuesto por un cuadro de síntomas que abarcan desde el abatimiento y la inhibición hasta la llamada depresión endógena con apatía total. La depresión va acompañada de la total paralización de la actividad, la melancolía y de una serie de síntomas corporales como cansancio, trastornos del sueño, inapetencia, estreñimiento, dolor de cabeza, taquicardia, dolor de espalda, trastornos menstruales en la mujer y baja del tono corporal. El depresivo sufre sentimiento de culpabilidad y continuamente se hace reproches, trata de hacerse perdonar. Cabe preguntar qué es lo que en realidad deprime al depresivo. En respuesta hallamos tres temas:
1. Agresividad. Antes hemos dicho que la agresividad que no es conducida hacia el exterior se convierte en dolor corporal. Esta afirmación puede completarse diciendo que la agresividad reprimida en el aspecto psíquico conduce a la depresión. La agresividad bloqueada y no exteriorizada se dirige hacia dentro y convierte al emisor en receptor. En la cuenta de la agresividad reprimida se cargan no sólo los sentimientos de culpabilidad sino también los numerosos síntomas somáticos que la acompañan, con sus dolores difusos. En otro lugar decimos que la agresividad sólo es una forma especial de energía vital y actividad. Por lo tanto, el que reprime con miedo su agresividad, reprime también su energía y su actividad. La psiquiatría trata de inducir al depresivo a alguna actividad, pero esto el depresivo lo vive como una amenaza. El depresivo evita todo lo que no tiene el reconocimiento público y trata de disimular los impulsos agresivos y destructivos con una vida irreprochable. La agresividad dirigida contra uno mismo encuentra su expresión más clara en el suicidio. En el deseo de suicidio siempre hay que preguntar a quién se dirige en realidad el propósito.
2. Responsabilidad. La depresión es —dejando aparte el suicidio—la forma extrema de rehuir la responsabilidad. El depresivo no actúa sino que vegeta, más muerto que vivo. Pero a pesar de su negativa a encarar activamente la vida, el depresivo, a través de la puerta trasera de los sentimientos de culpabilidad, sigue teniendo que afrontar el tema de la «responsabilidad». El miedo a asumir responsabilidad está en primer término en todas las depresiones que se producen precisamente cuando el paciente tiene que entrar en otra fase de la vida, por ejemplo, claramente en la depresión postparto.
3. Renuncia, soledad, vejez, muerte. Estos cuatro conceptos íntimamente relacionados entre sí abarcan el último y, a nuestro entender, más importante conjunto de temas. El paciente que sufre depresión es obligado violentamente a afrontar el polo de la muerte. Todo lo vivo, como movimiento, cambio, relación social y comunicación es arrebatado al depresivo y se le ofrece el polo opuesto a lo vivo: apatía, inmovilidad, soledad, pensamientos sobre la muerte. El polo de la muerte que con tanta fuerza se manifiesta en la depresión, es la sombra de este paciente.
El conflicto radica en que se teme tanto a la vida como a la muerte. La vida activa trae consigo culpabilidad y responsabilidad y esto es lo que uno quiere evitar. Asumir responsabilidad significa también renunciar a la proyección y aceptar la propia soledad. La personalidad depresiva tiene miedo de esto y, por lo tanto, necesita personas a las que aferrarse. La separación o la muerte de una de estas personas suele ser desencadenante de una depresión. Uno se ha quedado solo, y uno no quiere vivir solo ni asumir responsabilidad. Uno tiene miedo a la muerte y, por lo tanto, no reconoce las condiciones de la vida. La depresión nos da sinceridad: hace visible la incapacidad de vivir y de morir.".
Un punto a considerar también es que la mayoría de nuestros ancianos, sufren de depresión, muy comprensible en éstos casos ya que su capacidad de lucha se ve mermada por sus muchas dolencias, así como por la escasez de futuro que experimentan. Son frecuentes los sentimientos de inutilidad, miedo, soledad y renuncia.
Desde la perspectiva de la Medicina Natural, la cual trata al ser humano de una forma holística, es decir, viendo a la persona en su totalidad, consideramos que no puede, ni debe tratarse a las personas afectadas con ansiolíticos o antidepresivos químicos que engañan al paciente con una recuperación falsa, sino aconsejamos hacer un cambio profundo en la forma de alimentarse y aportamos suplementos naturales para recuperar el equilibrio perdido.
Se recomiendan suplementos de vitaminas de grupo B, en concreto:
-B6 (Piridoxina) La podemos encontrar en muchos alimentos como levaduras, cereales integrales, carnes, vísceras, soja, legumbres, frutos secos, huevos, etc. Su carencia no es muy común, pero de existir provoca anemia, depresión, fatiga y problemas nerviosos entre otros.
-B9 (Ácido fólico) Se encuentra en vegetales de hojas verdes, levadura, frutos secos, legumbres y algunas frutas como el plátano. El déficit de ésta vitamina provoca cansancio, insomnio, y estados depresivos.
Muy importante en el embarazo y la lactancia.
-B12 (Cobalamina) Esencial para el buen funcionamiento de nuestras células. Su carencia está ligada a la anemia y al debilitamiento general. La mayor fuente de ésta vitamina se encuentra en las proteínas animales, es por eso que las personas veganas deberán de tener muy en cuenta su ingesta a través de algas, vegetales fermentados (miso, tamari y picles) La cantidad de provitamina B12 presente en algunas algas como Espirulina o Kamat es muy superior a la vit B12 contenida en las vísceras como el hígado.
-Ácidos grasos Omega 3 (Ácido linolenico) Aceite poliinsaturado sumamente beneficioso para el sistema circulatorio, previene la formación de coágulos, disminuye el colesterol y regula la presión arterial (a la baja). Es anticancerígeno, antiinflamatorio y muy útil en fatiga crónica, salud de nuestra piel, problemas hormonales y embarazo. La principal fuente es el aceite de pescado y las perlas de aceite de linaza, onagra y chia.
-Triptófano (neurotransmisor de la serotonina, responsable de la regulación del sueño y el placer) Podemos encontrarlo en los huevos, pescados, cereales, frutos secos y algas.
-Plantas medicinales como el Hipérico o Hierba de San Juan, la Valeriana, el Espino Blanco, el Lúpulo o la Melisa, suelen ser de gran ayuda.
(Consultar siempre a un especialista antes de tomar cualquier tipo de suplemento, ya que algunos de los mencionados pueden tener algún tipo de interacción o efecto secundario si se ingiere medicación química)
-Las Esencias Florales son uno de los fenómenos más interesantes de la Medicina complementaria, están basadas en un concepto que la Medicina alopática no contempla, la relación entre el alma humana y la manifestación de la enfermedad. Es una terapia vibracional y sutil que conecta con las emociones que están provocando los desequilibrios, armonizándolas.
Existen Esencias Florales específicas para la depresión, aunque siempre habrá que tratar a la persona individualmente, prescribiendo los sanadores más adecuados para ella.
Por otro lado, en el momento en que se normalizan los trastornos psíquicos y emocionales, comienzan también a solucionarse los conflictos internos, así que la recuperación física es considerable.
Consideremos que; la enfermedad no es un estado natural, responsabilizarnos de nuestras enfermedades nos hará conscientes que la fuerza y el poder para recuperarnos, también está en nosotros.
¿Estas preparado para hacer que tu alma vuelva a sonreír?