Un estado depresivo y una depresión son fenómenos de la misma naturaleza. La diferencia básica entre ambos procesos consiste en que el estado depresivo es una fórmula adaptativa para afrontar conflictos inherentes a la vida, como la muerte de un ser querido, una separación, pérdida de empleo, etc. En cambio la depresión, aunque en ocasiones puede conllevar una etiología similar, se convierte en un proceso patológico, donde el carácter adaptativo deja paso a una incapacidad grave y duradera para afrontar los momentos cotidianos de la vida.
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