Es muy posible que hayas escuchado el concepto de ansiedad con mucha frecuencia en tu vida, en ocasiones incluso, este concepto se utiliza fuera de contexto. Por ejemplo, se usan indistintamente los términos nerviosismo y ansiedad. Sin embargo, son términos diferentes que conviene comprender como tal.
Cómo diferenciar estrés y ansiedad
Los nervios surgen ante la activación del organismo por un asunto externo que requiere un alto nivel de implicación. Por ejemplo, una entrevista de trabajo, una oposición, el plazo de entrega de un proyecto, una ponencia en público… En estos casos, este nerviosismo es adaptativo, es decir, existe una relación de causa y efecto entre ese hecho externo y tu respuesta interna. Suelen nacer estos nervios ante la propia adaptación al cambio, por ejemplo, en una mudanza también es habitual que más allá de la ilusión de la novedad de la nueva casa, la persona sienta también nerviosismo por todos los cambios que tiene que gestionar.
De este modo, una vez que la persona ha superado esa prueba, se relaja y reduce la intensidad. Sin embargo, también es cierto que en la sociedad actual el estrés se ha normalizado hasta tal punto que muchas personas se han acostumbrado a convivir con esa desagradable sensación de inseguridad de un modo recurrente. Y es entonces, cuando ese nerviosismo deriva en un estado de ansiedad y de alarma.
Así ocurre cuando la persona experimenta esos síntomas de nerviosismo en grado intenso de un modo habitual sin que exista un hecho objetivo que propicie esta reacción.
Cuando una persona está nerviosa conoce el motivo objetivo de esa situación, sin embargo, cuando una persona está ansiosa se siente amenazada y temerosa por una realidad que no es claramente identificable. El nerviosismo tiene una función positiva puesto que prepara la mente y al cuerpo para afrontar esa situación determinada, por el contrario, la ansiedad es negativa ya que desgasta el organismo que vive en presente la angustia real de emociones que generan una tensión sin que realmente exista una razón objetiva que justifique este malestar.
La ansiedad produce una secuela emocional y física y es el agotamiento posterior que deja tras de sí ya que el afectado tiene que hacer un gran sobreesfuerzo para resistir ese malestar. La ansiedad habitual enferma a la persona y debilita su potencial.
Semejanzas entre la ansiedad y el nerviosismo
¿Existe alguna relación entre el nerviosismo y la ansiedad? El nerviosismo no implica la ansiedad de un modo necesario, por el contrario, la ansiedad sí implica el nerviosismo. Y es que, un alto nivel de nervios es uno de los síntomas que experimenta una persona que sufre ansiedad. El trastorno de ansiedad generalizada hace referencia a un nerviosismo constante que condiciona la calidad de vida del paciente en las distintas esferas de su existencia. Este nivel de tensión y preocupación puede derivar, de hecho, en un diagóstico de depresión. Por esta razón, conviene escuchar las propias señales del cuerpo.