Algunos de los efectos que produce la falta de sueño son:
Disminución de la capacidad de atención.
Problemas de memoria.
Poca capacidad de reacción.
Deterioro de la respuesta motora.
Ralentización del habla y reducción del campo visual.
Deterioro de funciones cerebrales como la creatividad y la perspicacia.
Sentirnos fatigados durante el día es indicador de que algo no va bien y esto provoca problemas al dormir como por ejemplo despertarnos durante la noche o despertarnos con la sensación de que no hemos descansado.
En la juventud no se suele tener problemas, pero a medida que pasan los años, nuestra capacidad para mantener el sueño de manera continua es menor.
Algunas de las causas que pueden provocar alteraciones del sueño son: orgánicas (trastornos del metabolismo, hormonales, digestivos o neurológicos), externas o ambientales (malos hábitos de sueño o ingesta de medicamentos o sustancias excitantes como el café, el alcohol y el tabaco), emocionales o psicológicas (ansiedad, nerviosismo, períodos de estrés o preocupaciones diarias).
Recomendaciones para conseguir un buen descanso:
Evitar ir a dormir cuando acabamos de cenar. Hay que dejar pasar dos horas entre que comemos hasta que nos acostamos.
Ingerir alimentos como: verduras de hoja verde, aguacate, plátano, frutos secos, legumbres, avena sin gluten e infusiones relajantes.
Debemos evitar: café, alcohol, tabaco, bebidas con gas y chocolate.
Las plantas con propiedades relajantes y sedantes son de gran ayuda para conciliar el sueño. Estas son la valeriana, pasiflora, amapola, manzanilla, azahar, lavanda, escutelaria, lúpulo y espino blanco.
Tomar vitaminas del grupo B. La B3 y la B6 son ideales en caso de tener el sistema nervioso alterado, y su deficiencia puede provocar insomnio.
El calcio, el magnesio y fósforo también pueden actuar como relajantes y antiespasmódicos musculares.
Para cualquier duda no dudes en ponerte en contacto con nuestros especialistas.
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