El desánimo es esa fuerza que se pone frente a ti y que te bloquea o te intimida quitándote las ganas de seguir, lanzándote un mensaje continuo que martillea en tu cabeza: ¿Para qué?
¿Quién no se ha encontrado de frente con el desánimo? Yo desde luego sí me he encontrado muchas veces frente a él, sobre todo cuando pones todo tu esfuerzo y empeño en algo, dedicándole mucho tiempo y no ves los resultados esperados. Entonces te empiezan a surgir montones de dudas e infinidad de preguntas: ¿Estaré equivocado? ¿Será este el camino? ¿Merece la pena? ¿Debería dedicar mi tiempo a otra cosa? Y todo esto, ¿para qué? Preguntas que pueden llevarte a la respuesta más cómoda: ¡No me apetece continuar!
Pero el desánimo se puede vencer respondiéndole con la misma fuerza y con la misma chulería con la que te ataca.
Plantándole cara. No escondiéndose en la fácil renuncia o en la comodidad de la cama, el sofá o manteniendo esa zona de confort que aunque te parece rutinaria, no requiere pensar, cambiar o luchar. Al desánimo se le vence, desanimándolo. Haciéndole que desista de su intento de destruir tu entusiasmo. Solo enfrentándote a él, reducirás su fuerza. El desánimo es la ausencia de coraje.
Nunca bajes tu cabeza. Manténla siempre alta. Mira al mundo directo a la cara.-Helen Keller.
Levantándote. Hay que levantarse y luchar con él dispuesto a ganar y no amedrentarse porque siempre jugará con tu debilidad. No puedes quedarte en el banquillo porque eso es lo que él quiere, seguir retándote, bloqueando tu fuerza y tu espíritu de lucha.
El desánimo es la piedra que inevitablemente tienes que pisar para cruzar el río. Puede que te caigas pero siempre puedes levantarte o nadar para terminar cruzándolo.
Teniendo fe y confianza. Tú quieres, tú puedes, tú sabes, tú estás preparado. Solo teniendo fe y confiando en ti lograrás tus sueños y vencerás. Porque el desánimo intentará mostrar siempre tus flaquezas para vencerte, pero cuando muestres tu confianza las dudas las tendrá él.
A veces no te das cuenta de tus propias fortalezas hasta que te encaras con tu mayor debilidad.-Susan Gale.
Empezando y continuando. Hay que empezar, hay que seguir, hay que avanzar y aunque muchas veces veas que el camino a recorrer es largo y no te sientas capaz de continuar porque dudas de tu éxito. Solo dando un paso tras otro llegarás a tu meta.
El desánimo y los fracasos son dos piedras seguras en el camino hacia el éxito.-Dale Carnegie.
Comprometiéndote. Marcándote objetivos, aunque sean mínimos, pero realizables. Retándote a ti mismo cada día y apartando las dudas de tu camino con la fuerza de tu confianza y valentía.
El factor más esencial es la persistencia, la determinación de no permitir que tu energía o entusiasmo sean vencidos por el desánimo que inevitablemente llegará.-James Whitcomb Riley.
Enfocándote hacia tus sueños. Visualizándolos claramente y con nitidez. Entrando dentro de ellos y viviéndolos. Disfrutando de ese momento y sintiéndolos tuyos. Son tus sueños y tienes que derribar la pared del desánimo, porque están justo detrás. La oscuridad siempre se vence con la luz.
El espíritu humano es más fuerte que cualquier cosa que le pueda ocurrir.-C.C. Scott.
Mirando lo positivo. Porque lo positivo es lo que te va a permitir siempre apartar los obstáculos, levantarte, vencer, ver la luz. Lo positivo, es la vitamina necesaria que te mantendrá siempre en forma para sacar tu valentía, tu fuerza, tu ánimo, tu confianza y vencer cualquier dificultad.
Es más fácil bajar una montaña que subirla, pero la vista es mucho mejor en lo alto.-Arnold Bennet.
Encontrando siempre un porqué. Siempre existe un porqué y siempre es un crecimiento para ti y para las personas que se van a cruzar en tu camino durante el viaje o cuando llegues a la meta. Todo esfuerzo merece la pena, porque las semillas siempre dan frutos.
La semilla nunca para de crecer por encontrar obstáculos, sigue avanzando hasta que llega al exterior.
Manteniendo la constancia y la paciencia. Solo se escribe un libro página tras página; solo se pinta un cuadro pincelada tras pincelada; solo se consigue ganar carreras después de mucho entrenamiento; solo se consigue levantar un edificio, ladrillo a ladrillo. La constancia es un martillo que golpea día a día hasta conseguir traspasar la montaña, y unida a la paciencia siempre te llevará a descubrir ese paraíso que recompensa tu esfuerzo.
Deja que la perseverancia sea tu motor y la esperanza tu gasolina.-Jackson Brown.
Sé agradecido. ¿Te has dado cuenta de todos los dones, capacidades y bienes que has recibido? Nada más despertarte cada día empiezas a ver cosas a tu alrededor para estar agradecido. Pero también cuando sales a la calle y recibes el sol sobre tu cara, la brisa del aire o ves la sonrisa de algún niño que con su mirada te transmite su felicidad y alegría. O llegas a la escuela o al trabajo y ves las posibilidades que se te presentan para aprender, avanzar, crecer y compartir con las personas que se cruzan en tu camino. Y sobre todo, cuando vuelves al calor de tu hogar y sientes el cariño de tu familia. Cada día te presenta a tu alrededor multitud de momentos para estar agradecido. Cuando uno no agradece lo que tiene, no está preparado para recibir más.
Las semillas del desánimo nunca crecen en un corazón agradecido.
Muchas gracias por estar aquí y compartirlo.
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