Este es el punto en el que muchas personas, incluídos médicos y profesionales de la salud, se echan las manos a la cabeza, te tachan de irresponsable y te aseguran que tu dieta es escasa, limitada, e incluso que tu vida corre peligro. Afortunadamente, cada vez hay más personas formadas y que tienen un conocimiento amplio respecto a temas de nutrición y que apoyan y respaldan este tipo de dietas o formas de alimentarse. También viajar e ir a restaurantes está dejando de ser un calvario gracias a que cada vez hay más información del personal que te atiende, cartas de alérgenos y variedad de opciones. Ya somos muchos los que nos peleamos por alimentarnos de forma saludable y estamos dejando de ser los “raros”.
He de reconocer, por experiencia propia, que cuando eres un vegetariano novato se cometen muchos errores. Se tiende a sacar de la dieta muchos alimentos sin tener en cuenta la importancia de tener el aporte de todos los nutrientes esenciales, es decir, que sea una dieta equilibrada. Y aquí es donde quiero hacer incapié. No deben faltar: Proteínas, hierro, calcio, cinc, vitamina D, vitamina B12 y ácidos grasos omega 3 y omega 6.
Las proteínas: Las fuentes de proteínas más habituales para vegetarianos son: legumbres, frutos secos, cereales, quinoa, amaranto, derivados de la soja. Yo también consumo huevos. Existen buenas fuentes vegetales que contienen proteína completa (los 8 aminoácidos esenciales) en cantidades más que suficientes, como la quinoa, el amaranto, la soja, el seitán o el quorn. Pero además, si se combinan alimentos con distintos perfiles de aminoácidos, estos se complementan entre sí para aportar al organismo todos los aminoácidos esenciales. Ejemplos: Legumbres con cereales, o legumbres con frutos secos o semillas.
Hierro: Las principales fuentes vegetales de hierro son las algas, las semillas de sésamo, las legumbres, la soja, las verduras de hoja verde, algunos frutos secos como el pistacho, el mijo, la avena y la quinoa. Hay alimentos que facilitan la absorción de hierro, como los cítricos, las manzanas, uvas, cerezas, los betacarotenos (zanahorias, calabazas y la mayoría de las verduras), etc.
Calcio: En prácticamente todos los alimentos vegetales está presente el magnesio, que ayuda a regular y asimilar el calcio en los huesos y regula la actividad de la vitamina D, esencial para la absorción del calcio. Las principales fuentes vegetales de calcio son las verduras de hoja verde, col rizada y otras crucíferas, productos elaborados con soja, almendras y sésamo.
Cinc: Las fuentes vegetales en las que está presente son los cereales integrales, las legumbres, y algunos frutos secos y semillas. El requerimiento de Cinc en vegetarianos puede ser hasta un 50% superior, ya que algunos vegetales limitan la biodisponibilidad del cinc.
Vitamina D: Nuestro cuerpo es capaz de fabricarla. Se encuentra en muy pocos alimentos. Existen alimentos veganos o no, enriquecidos con vitamina D. Y podemos obtenerla a través del sol.
Vitamina B12: Se encuentra solo en productos de origen animal. Los vegetarianos puros deben procurársela a través de suplementos. Y si no, está también presente en los huevos.
Omega 3 y omega 6: La mejor fuente vegetal de omega 3 está en el aceite de lino. También en sus semillas, en microalgas, semillas de chía y nueces. La cantidad de omega 6 que ingerimos debería ser solo 5 ó 6 veces superior. La encontramos en aceites de soja, de cártamo, de maiz y de girasol.
Si todavía te quedan dudas o piensas que una dieta vegetariana es insuficiente, te diré que una de las principales ventajas es la enorme cantidad de fitonutrientes que se ingieren, unas sustancias que solo se encuentran en los productos vegetales, en especial las verduras y las frutas. En general, la mayoría son antioxidantes, además de otras muchas propiedades beneficiosas para la salud.
Pero lo mejor es, como todo en la vida, probarlo. ¡Que no te lo cuenten! Desde luego que hay que tratar de formarse y contrastar informaciones de distintas fuentes. No todo vale, y menos hoy en día que tanta gente se cuelga el título de coach y da consejos e información sin ninguna base de nada. Pero utiliza el sentido común, y también escucha a tu cuerpo, que veces es nuestra mejor guía.
Somos adictos a la comida, en concreto al azúcar, pero si dejas de abusar de ello saldrás de ese círculo vicioso en el que cuanto más comes más hambre tienes y más quieres. Si no me crees, prueba unas 6 semanas. Pasarás un síndrome de abstinencia (esto lo entenderéis sobre todo los fumadores), pero el sacrificio merece la pena, te lo aseguro. Piensa que estás provocando un cambio para siempre y que, a pesar de las pegas que te encuentres en tu día a día, te merecerá la pena porque todo son beneficios. Solo necesitas estar seguro y convencido.
Como yo ya hice el camino, si me necesitas aquí me tienes, dispuesta a hacértelo más fácil y a resolver posibles dudas que te surjan. Puedes encontrarme también en Facebook, Twitter, Instagram o puedes suscribirte al canal de Youtube.
¡Hasta pronto!