Hay síntomas como los mareos constantes, la falta de concentración, la dificultad en el habla y otras más de tipo cognitivo o físico que nos alertan de la adicción a determinadas sustancias. No obstante, para conocer exactamente los riesgos y síntomas de la marihuana, debemos conocer esta adicción más a fondo.
¿Qué es la adicción a la marihuana?
La adicción a una sustancia tóxica como la marihuana es el consumo abusivo de la droga sin que el adicto pueda controlarlo. Ello quiere decir que el afectado necesitará, cada vez con más frecuencia, ingerir o fumar marihuana dada la tolerancia desarrollada.
La marihuana (derivada de las sustancias tóxicas del cannabis) produce una sensación de relajación y alteración del tiempo e, incluso, del espacio. Además, es tan peligrosa porque crea la sensación de bienestar o euforia que el adicto busca una y otra vez para evitar los estados depresivos de la abstinencia.
Así pues, el problema de las adicciones es cada vez más preocupante, y a fin de detectarlas, podemos destacar algunos síntomas que son claves en dicha detección: falta de concentración y coordinación, aumento de apetito, ingesta de otras sustancias perjudiciales como tabaco o alcohol, inflamación o enrojecimiento de ojos y sequedad muy pronunciada. No obstante, ahí se mencionan los síntomas más leves de esta adicción que, llevada al extremo, causa que el ritmo cardíaco se descontrole y provoque taquicardias y arritmias.
Además, como la adicción al tabaco, el daño en los pulmones es extremadamente preocupante así como los efectos sobre el cerebro. Esta droga altera la realidad del paciente de forma que sólo los especialistas pueden controlar la adicción.
¿Cómo tratar la adicción a la marihuana?
Las adicciones químicas requieren siempre un tratamiento controlado por especialistas en centros de desintoxicación avalados.
El paciente pasará por diferentes etapas en las que su estado de ánimo también variará constantemente. Desde la culpa por lo realizado bajo los efectos de la marihuana hasta la extrema necesidad de volver a consumir.
Suele ser un proceso similar al llevado contra la adicción al tabaco, pero es más complejo dada la depresión que puede padecer el paciente en los primeros estadios de abstinencia. Por ello, es esencial el apoyo de un profesional, así como de las personas del entorno del paciente que acelerarán su recuperación siguiendo las recomendaciones de las clínicas.
Lo importante es saber que la persona que es adicta no está sola y cada vez tiene más recursos a su alcance para tomar partido contra esta terrible adicción.
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