Incluso si no eres consciente de lo perjudicial que puede ser el estrés a largo plazo, es posible que ya estés familiarizado con sus efectos secundarios inmediatos.
La hormona del estrés, el cortisol, es el enemigo público número uno de la salud. Los científicos llevan años afirmando que los niveles elevados de cortisol pueden interferir en el aprendizaje y en la memoria, disminuir la función inmunológica y la densidad ósea, aumentar peso, presión arterial, colesterol, enfermedades del corazón… la lista es interminable. El estrés crónico también puede aumentar el riesgo de depresión y enfermedades mentales y disminuir la esperanza de vida.
Pero retrocedamos un poco. El estrés es una respuesta natural y beneficiosa que nos ayuda en momentos de amenaza o peligro físico. Las hormonas recorren el cuerpo preparándonos para luchar o huir.
La cuestión es que nuestro cuerpo no sabe diferenciar entre una amenaza rea y una percibida. Esto significa aunque no hay ninguna amenaza física real cuando el jefe nos llama para una reunión seria o tu pareja está enfadada contigo, nuestra mente percibe una amenaza real y nuestro cuerpo responde como si no estuviera persiguiendo un tigre.
Puesto que no está socialmente aceptado salir corriendo por la ventana o enzarzarse en una pelea con tu jefe para dar respuesta a las alarmas hormonales, no tenemos forma de expresar estos eventos bioquímicos. Por lo tanto podemos quedarnos atrapados en ellos.
Sin embargo, no todo el estrés es malo. El Eutrés hace referencia al buen tipo de estrés que nos mantiene motivados y productivos cuando nos estamos moviendo hacia una meta. El Eutrés es también un subproducto del ejercicio.
Curiosamente, la forma en la que percibimos el estrés en el que nos encontramos sometidos, puede perjudicarnos o beneficiarnos. Cuando percibes el estrés como eutrés, puede conducir a una respuesta productiva que acabe resolviendo la situación. Por lo tanto, los factores estresantes pueden ser reales o imaginarios, pero nuestra percepción de ellos puede determinar si esta condición nos ayudará o nos hará daño.
Esto es una buena noticia. Se abre la puerta para tener una influencia directa y consciente sobre el estrés. Las situaciones desafiantes simplemente suceden, y aquí tienes algunas maneras de reducir el estrés en el interior y percibirlo como una luz de productividad.
Cambia tu punto de vista
Cuando se trata de estrés, la mentalidad lo es todo. Nuestras creencias, pensamientos y actitudes determinan cómo responderemos a las circunstancias de nuestra vida si las vemos como una amenaza. Trabajar para poner las cosas en perspectiva desafiando nuestras creencias, puede ayudarte a reformular tu punto de vista y por lo tanto reducir el estrés.
Restaura el equilibrio con los alimentos adecuados
Seguir una dieta adecuada puede tener un impacto significativo en tu capacidad para manejar el estrés cotidiano. Comer alimentos orgánicos, frescos y mínimamente procesados, te ayudará a restaurar el equilibrio hormonal, equilibrar el azúcar en la sangre y calmar la mente. Particularmente, los alimentos altos en complejo de vitamina B, magnesio y vitamina C, son beneficiosos para el estrés.
Por supuesto, eliminar sustancias a menudo tentadoras pero dañinas como el tabaco, alcohol, cafeína, comida basura, etc, hará maravillas para reducir los efectos negativos del estrés.
Relájate, todo está en tu cabeza
Aprender a tomarse el tiempo necesario para respirar y cultivar una consciencia más independiente de nuestras vidas y los diversos factores de estrés que hay en ella, es clave para la eliminación del estrés negativo.
Cualquier técnica que ayude a ocupar tu mente con un enfoque o tarea específica, te inducirá un estado más relajado:
Respiración Esto es tan simple como tomar bocanadas de aire lentas y profundas.
Meditación Sirve para calmar y enfocar la mente. Con el tiempo, la práctica regular de meditación ayuda a volver a modelar el cerebro reconfigurando nuestras respuestas a las situaciones difíciles.
Yoga La práctica de yoga puede calmar y enfocar la mente y crear algo de eutrés a través del ejercicio físico.
Terapia de la naturaleza Activa los efectos curativos del sistema nervioso parasimpático.
Relajación física Un baño caliente, un buen masaje o la práctica de un hobby ayudan a relajar el cuerpo y la mente.
Cultiva el eutrés con ejercicio
El ejercicio es una forma potente de quemar y equilibrar las hormonas del estrés, cultivar algo de ese eutrés beneficioso y curar la mente. Encuentra una actividad de la que puedas disfrutar y conviértela en un hábito regular.
Duerme
Se sabe que la falta de descanso aumenta las hormonas del estrés e impacta negativamente en tu capacidad de manejar diferentes situaciones de estrés. Haz que un descanso adecuado y reparador se convierta en tu prioridad número uno.
Conecta con tu entorno para mantener una mente sana
La soledad, los sentimientos de no pertenencia y la sensación de desconexión son todos factores que contribuyen a la ansiedad, la adicción y el estrés. Tómate tu tiempo para conectar con tus familiares y amigos y para mantener relaciones saludables con las personas de tu vida.
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