Pero es que además, al no tener hermanos con los que compartir y competir, a los hijos únicos se les suele tachar de egoístas y de poco sociables.
Y quizá sea cierto en parte: su capacidad para relacionarse puede resentirse en la medida en que tienen menos oportunidades de aprender a ser empáticos, les cuesta más pedir disculpas y en general se sienten más a gusto solos.
Pero no por ello se convierten en personas problemáticas en la edad adulta, ni mucho menos. De hecho, los hijos únicos, que suelen ser muy cuidadosos con sus cosas, se convierten en personas muy responsables y perfeccionistas.
Además, precisamente porque están acostumbrados a jugar solos, se ven obligados a desarrollar su creatividad y son más imaginativos.
¿Cómo identificar a los hijos únicos?
A los hijos únicos a menudo les cuesta abandonar el hogar familiar y por ello muestran menos interés en encontrar pareja y formar su propia familia, especialmente si se trata de hijos únicos varones, en general muy apegados a sus madres.
En cambio, cuando se trata de hijas únicas, es frecuente que busquen en su pareja a un sustituto de su padre, al que suelen estar muy ligadas. Incluso es probable que se trate de un hombre mayor que ella.
Podríamos pensar que, por haber acaparado la atención de sus padres en su infancia, los hijos únicos crecen esperando que todo el mundo les ayude sin necesidad de tener que luchar por ello. Pero al mismo tiempo, precisamente porque crecen sintiéndose merecedores de todo el cariño, de adultos probablemente tendrán una mayor autoestima y mayores aspiraciones.
Aunque también es verdad que esto a menudo puede también derivar en otro tipo de actitudes menos funcionales, como una menor capacidad para aceptar los fracasos o una mayor intransigencia para con los demás.
¿Un ejemplo? Alfred Hitchcock
Perfeccionista, sin duda creativo y con cierta fama de "perverso"?
Aunque en realidad no era hijo único: el pequeño Alfred tenía una hermana mayor, pero la diferencia de edad entre ambos fue suficiente para que creciera educado como un hijo único, casi con dos madres a falta de una
¿Estará ahí el origen de su genialidad?
foto retocada por Adarve Photocollage
Para terminar con esta serie de entradas dedicadas a cómo influye en nuestro carácter la posición que ocupemos dentro del orden de hermanos, falta tan sólo una puntualización: que, por supuesto, no hay una verdad absoluta que se cumpla en todos los casos, sino sólo tendencias comportamentales. Es más:
no olvidemos que cada persona es,
en sí misma, un mundo
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Algunos libros que podrían interesarte:
Tu carácter según el orden de nacimiento
autor: Lois A. Richardson (ver)
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