Cómo madrugar con una sonrisa
El inicio de la jornada es un momento en el que muchas personas más nocturnas tienen un ánimo más bajo y menor energía física. En estos casos, generalmente es a partir de las 10 y media u 11 de la mañana, cuando el corazón comienza a sintonizar con un ánimo diferente. Cómo te despiertes al día siguiente tiene mucho que ver con cómo descanses. Por esta razón, si te cuesta madrugar pero tienes la necesidad de hacerlo por horario de trabajo, es muy importante que ajustes tu agenda a tus necesidades presentes. Habrá caprichos que tendrás que reducir al fin de semana, por ejemplo, ver la televisión hasta tarde. Tener la sensación de haber dormido durante más de ocho o nueve horas puede ayudarte a retomar la jornada con energía.
Por otra parte, también es recomendable que dejes la persiana con algunas rendijas abiertas para que entre la luz natural y así te desveles por pura inercia, sin el esfuerzo del despertador cuyo sonido puede resultar tan molesto.
Puedes dejar preparadas algunas gestiones de la mañana en la jornada previa, por ejemplo, programa el look que vas a lucir en esa jornada. Deja la ropa preparada en tu armario. Elige ropa que te guste, un look que conecte con tu estado de ánimo de ese momento ya que a través de la colorterapia también puedes elevar tu ánimo de forma sencilla.
Tómate el placer de quedarte unos minutos en la cama descansando, exprimiendo ese momento de primera hora en el que sientes el tacto agradable de las sábanas en tu piel. Empieza el día con alguna rutina que te guste, por ejemplo, puedes desayunar mientras disfrutas de la lectura de alguno de los artículos de Psicología y Autoayuda, escuchar la radio, charlar con tu familia, visualizar un día bonito, o simplemente, respirar el silencio mientras saboreas tu desayuno preferido. Porque aunque todos los días parezcan iguales, no lo son. De hecho, para romper la rutina también puedes dar un mayor protagonismo al desayuno como momento de celebración, quedando con alguna amistad para desayunar en una cafetería antes de ir al trabajo si tu horario te lo permite.
La propia inercia de la semana te va a ayudar a romper la rutina de la jornada. Por ejemplo, el miércoles tiene un color diferente para aquellas personas a las que les cuesta madrugar ya que el viernes está más cerca. Enfócate en lo positivo del día, en la posibilidad de compartir momentos con tus compañeros de trabajo, en los paseos diarios, en situaciones que no por ser rutinarias dejan de ser constructivas.
Y si te cuesta madrugar, afronta ese momento con sentido del humor. En realidad, recuerda que se trata solo de un instante. Y que el día es muy largo para ir remontando la energía. No camines mirando hacia el suelo al ir al trabajo, echa un vistazo al cielo.
También te interesará leer:
Cómo Estar Contento Todos los Días