¿Cómo bajar el colesterol?
El organismo requiere del colesterol para actuar adecuadamente, sin embargo, cuando la cantidad que existe en la sangre es demasiado elevada, cabe la probabilidad de que se adapte a las paredes de sus arterias, estrechándolas o bloqueando el flujo sanguíneo.Por lo general, el colesterol alto es el responsable del desarrollo de ciertas enfermedades, tales como las arterias coronarias y un amplio catálogo de perturbaciones al corazón. Dicho componente, se concentra en las proteínas denominadas lipoproteínas; las cuales, conforman dos categorías:
Colesterol de alta densidad: «HDL» por sus siglas en inglés y mayormente denominado colesterol bueno; se enfoca en llevar las lipoproteínas a través de todo el cuerpo y devolverlas al hígado donde son eliminadas.
Colesterol de baja densidad: Mejor conocido por sus siglas en inglés «LDL», y en ciertas ocasiones denominado colesterol malo; su exceso en el organismo se traduce en la acumulación de placas en las arterias.
Subir el colesterol bueno y reducir el malo es sustancial para evitar que se desarrollen diversas enfermedades cardíacas; por ende, es vital tener en cuenta las formas de fomentar los dichos procesos:
Para elevar HDL se debe reemplazar el estilo de vida sedentaria, creando hábitos que condicionen una buena salud física. Entre los principales aspectos a adoptar se hallan los siguientes: Control de peso, actividad física constante y una dieta balanceada.
Con el fin de reducir el LDL, se recomienda adaptarse al plan de alimentación DASH. De igual forma, es aconsejable experimentar con diversas dietas terapéuticas.
Es importante destacar que no más de 23% de las calorías consumidas en un día deben provenir de las grasas, mientras que un 7% debe proceder de las grasas saturadas. Teniendo en cuenta la cantidad de calorías que se ingieren diariamente, se debe atender a las siguientes cifras:
500 calorías: 50g en grasas y 9g de grasas saturadas.
000 calorías: 55g en grasas y 12g de grasas saturadas.
500 calorías: 85g en grasas y 15g de grasas saturadas.
Las fibras, por otro lado, son una buena forma de disminuir la probabilidad de que el tracto digestivo absorba el colesterol. Entre los alimentos con fibras solubles que se pueden añadir a la dieta, se hallan los siguientes:
Cereales de grano, tales como el salvado de avena o la avena.
Frutas; principalmente las manzanas, peras, ciruelas, naranjas o plátanos.
Legumbres; como, por ejemplo, las habas, lentejas, frijoles y garbanzos.
Verduras; los químicos que segregan ayuda a reducir considerablemente el colesterol.