Eso no importa, y justo eso es lo que me hace feliz. El encontrar en mi esa capacidad de fluir y dejar de lado la falsa sensación de control que normalmente busco para sentirme "seguro", tomando la vida tal cual viene. Hoy se que no puedo controlar nada y lo acepto con gusto, sabiendo que la vida no es lo que pueda planear para un futuro sino lo que está sucediendo ahora mismo.
Cada ciclo lleva en su término la nostalgia de lo que dejamos atrás: amigos, lugares, situaciones y recuerdos que quedan plasmados en lo mas profundo de nuestro ser y en su inicio una nueva emoción y un cierto miedo que generalmente tiendo a cofundir con el miedo a lo desconocido cuando en realidad es el temor a no estar a la altura del nuevo reto de sobrevivir en ese mundo extraño al que me lleva el atravesar esa nueva puerta. Parte de ese contrato que ahora llevo grabado en la piel literalmente es el ser un hombre valiente y el valor no es la ausencia del miedo sino la capacidad de continuar el movimiento y actuar a pesar de el.
Eso me hace feliz, tener una nueva oportunidad en cada día, que no son mas que estos ciclos, permitiéndome recordar ese contrato conmigo mismo, tomando cada vez la decisión de reafirmarlo hasta que se quede grabado a fuego no solo en la piel sino en mi espíritu mismo. Un nuevo fin, un nuevo comienzo que expanden el campo de posibilidades con el que ahora cuento y me dan la oportunidad de probar mis límites y expanderlos cada vez mas a la par de esas posibilidades-
Cada reinicio del ciclo me llena de nueva vida si así lo decido y eso es lo que me hace feliz, porque eso es lo que estoy decidiendo.
Feliz #Día52, #313togo
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