Según la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física está considerada como el cuarto factor de riesgo de mortalidad
La OMS define la vida sedentaria como aquella en la que se realizan menos de noventa minutos de ejercicio físico complementario a la semana. Marcha, paseo, carrera o gimnasio son las actividades más idóneas y más fáciles de llevar a cabo para combatirla.
El problema que supone la vida sedentaria es más frecuente en las grandes ciudades, donde todo está pensado para evitar esfuerzos físicos: transporte público, ascensores, escaleras mecánicas… También el trabajo sedentario en oficinas contribuye notablemente a que las personas pasen muchas horas sentadas. Todos estos problemas suelen producirse con más frecuencia en ciudades y centros urbanos que en el ambiente rural, que por otra parte nos ofrece en mayor medida la posibilidad de paseos al aire libre en contacto con la naturaleza, tan interesantes para oxigenar el organismo.
La vida sedentaria provoca una serie de trastornos muy a tener en cuenta si queremos mantener nuestra salud en buen estado
Favorece el sobrepeso y la obesidad. Debido a que no practican ejercicio físico, las personas sedentarias comen más y suelen seguir dietas menos saludables.
Duplica las posibilidades de padecer enfermedades del corazón y de tener la tensión alta, lo que supone un riesgo elevado de riesgo coronario.
Acorta el tiempo de vida entre un 10 y un 20 por ciento. La OMS considera la inactividad física como el cuarto riesgo de mortalidad.
Puede provocar alteraciones y desequilibrios psicológicos, ya que induce a una disminución de la autoestima o la aparición de la ansiedad y la depresión.
Duplica la posibilidad de padecer Diabetes tipo II.
Altera el rimo del sueño, la falta de ejercicio provoca en algunas personas una menor relajación que pueden conducir a padecer insomnio.
Influye en el metabolismo óseo, favorece de forma fehaciente la aparición de osteoporosis.
Entre las distintas formas de combatir la vida sedentaria (yoga, pilates, gimnasia, running…), hay una que destaca por la facilidad de su ejecución y por lo agradable que resulta realizarla, tanto en compañía de otra persona como con uno mismo: CAMINAR. Caminar unos treinta o sesenta minutos al día es una de los mejores ejercicios que podemos hacer para sentirnos mejor y erradicar el sedentarismo de nuestra vida cotidiana, ya que favorece el movimiento de las articulaciones y nos ayudará a perder peso. Salir a dar un paseo diariamente es fantástico para nuestra salud, oxigena nuestro organismo y mejora nuestro estado de ánimo y nuestro humor, estaremos más contentos y tendremos más ganas de socializar y de pensar en positivo. El poder analgésico de una caminata al aire libre es innegable, aumenta los niveles de energía y promueve la longevidad. Caminar por el bosque es tan terapéutico como hacerlo junto al mar, lo importante es restablecer el organismo hacia su propio movimiento; también los parques en las ciudades nos ofrecen la posibilidad de caminar junto a la naturaleza y aspirar el olor del verde o de las flores y llenar nuestros pulmones de aire fresco. Si caminamos diariamente se tonificarán nuestros músculos y se fortalecerá nuestros sistema inmunitario, además fabricaremos endorfinas que nos harán sentirnos más felices. Caminar es la medicina más barata y eficaz para combatir la vida sedentaria y para evitar los males que provoca. ¿Te animas?
Por Reyes Lucena