Después de la implantación el moco cervical experimenta cambios en el nivel bioquímico. Su cantidad y textura son muy particulares en mujeres embarazadas.
Moco cervical durante el ciclo menstrual
La consistencia y la cantidad de moco cervical varían a lo largo de un ciclo menstrual regular, en función de las hormonas que toman el control. El ciclo menstrual femenino cubre 3 fases: folicular, ovulatoria y lútea, así como los períodos de transformación de la membrana mucosa del útero (endometrio): menstrual, proliferativa y secretora.
En la primera fase la hormona estimulante del folículo tiene un papel fundamental, ya que prepara al óvulo para su separación del folículo. Más tarde, tiene lugar la menstruación. Una vez que el estrógeno toma el control, la cantidad de moco cervical comienza a aumentar de manera constante. Al principio no es abundante, sino que es espeso y pegajoso. Luego esta situación cambia drásticamente porque en la fase proliferativa, es decir, antes y durante la ovulación, la cantidad de moco aumenta, adquiriendo una consistencia fluida y viscosa.
Al principio de la tercera fase, el papel protagónico le pertenece a la luteína y a su sucesora, la progesterona. El endometrio segrega activamente, preparándose para la llegada del óvulo. En caso de que el embarazo no se produzca, el nivel de estas hormonas disminuye y la descarga vaginal se hace cada vez más escasa.
Tipos de moco cervical
Además del moco cervical después de la implantación, distinguimos cinco tipos de descarga:
Días secos: prácticamente no hay flujo vaginal
Moco cervical espeso y pegajoso: no favorable para los espermatozoides
Moco cervical cremoso: aumenta las posibilidades de fecundación
Moco cervical fluido y abundante: la fecundación es muy probable
Moco viscoso y abundante, que se asemeja a una clara de huevo: es el tipo más fértil.
Método del moco cervical para el control de la natalidad
Se cree que la observación regular del moco cervical y mantener un registro de sus características puede ayudar a calcular los días favorables y desfavorables para la concepción. Para este propósito, se requiere comprobar la presencia y consistencia del moco, con la ayuda de un dedo limpio que introduciremos en la vagina. En la práctica, este método no siempre resulta efectivo por las razones siguientes:
A veces las fluctuaciones individuales en el nivel hormonal provocan que la descarga “clara de huevo” aparezca antes de la ovulación, entonces la mujer considera que el óvulo ya ha sido liberado y por tanto, desiste en su empeño.
La imposibilidad de aplicar y evaluar este método adecuadamente en mujeres con enfermedades vaginales y uterinas.
Además de esto, puede haber imprecisiones en caso de que la observación del moco cervical se realice inmediatamente antes del coito, cuando el moco está ricamente dotado con lubricación, o después del mismo ya que varias horas después de una relación sexual el moco estará mezclado con las células espermatozoides.
Moco cervical después de la concepción
La implantación ocurre cuando el óvulo se adhiere al endometrio y lo invade. En este punto el organismo de la mujer sufre una alteración completa, principalmente de tipo hormonal. Por lo tanto, a partir de ahora y hasta el parto, todos los procesos endocrinos se rigen por la “hormona del embarazo”, que es la progesterona. Ella estimula un mejor suministro de sangre y ampliación del cuello uterino.
Durante un examen clínico, en el que se tome una muestra de moco cervical y se deje secar sobre una superficie de vidrio, podrá notarse una cristalización fragmentaria, que será el resultado de la influencia de la progesterona.
El aumento de la actividad hormonal en el primer trimestre del embarazo puede resultar en un flujo vaginal abundante, sin embargo, a menudo suele ser escaso y bastante grueso. En cualquier caso, hay algo muy importante a lo que debemos prestar mucha atención y es a la presencia de infecciones. Los siguientes pueden ser síntomas comunes:
Flujo vaginal, de color verde, amarillo o gris
Olor vaginal desagradable
Secreción acompañada de picazón, irritación o malestar pélvico
Cualquiera de estos síntomas, así como la presencia de sangre en la descarga vaginal, debe tomarse muy en serio y ser consultado con un médico. En caso de que el moco cervical sea transparente o blanco, tenga una consistencia normal y no tenga mal olor, entonces no hay razón para preocuparse. Solo debes mantener una higiene adecuada y permanecer atenta a cualquier cambio que pueda ocurrir.