Ya llega el verano. Y como cada año, se activa un click en la cabeza de mucha gente: “tengo que ponerme a dieta, que ya mismo tengo que ponerme el bikini”. Tal vez, ese click viene un poco influenciado por la publicidad de dietas súper rápidas, suplementos para adelgazar, etc… sólo tal vez.
Yo nunca conseguí llegar al verano con “el cuerpo ideal” que me decían las revistas que debía tener. Claro, que yo tampoco encajo en el prototipo de modelo. Ojo, puede parecer algo muy simple, pero me ha costado años entenderlo.
En la dieta paleo, no existe la operación bikini. No es una dieta milagro, y sólo entiende de épocas del año porque los alimentos tienen una estacionalidad.
La dieta paleo implica una relación sana con la comida y una relación sana con tu cuerpo: la perdida de peso, si lo necesitas, llegará junto con la mejoría en tu salud. Es inevitable cuando reduces azúcares, harinas, alimentos procesados, etc.
Algunas personas me han pedido ayuda con la alimentación. Pero la que más ilusión me ha hecho, es sin duda, mi madre.
A ella le preocupa haber cogido unos kilillos desde la menopausia. A mi, que le hayan recomendado estatinas para tratar su aumento de colesterol. Y mi padre, me preocupa mi padre, y que tenga que tomar medicación para el azúcar.
No van a seguir la dieta paleo, ya que después de una dura negociación…
“Mamá, vas a tomar proteínas en el desayuno? Sí, hija,sí”
“Mamá, en el restaurante no pidas pescaíto frito,¿eh? No, hija, sepia a la plancha y pulpo”.
“Mamá, vas a hacer las sentadillas, ¿verdad?”… cri cri, cri cri…
… me han dado pena y les he dejado 30 gr. de pan en el desayuno, y es el único que pueden comer en todo el día. Eliminando el resto de los procesados que comen ahora (galletas, embutido de pechuga de pavo, productos light…), conseguirán igualmente una mejoría.
Mientras tanto, voy a disfrutar de esta pequeña victoria comiendo estas deliciosas indulgencias, facilísimas de hacer.
Bocaditos crudos de fresa
IMPORTANTE: No probar la masa que estén listas, son adictivas.
Ingredientes (8-10 bocaditos)
Para la base:
5 dátiles medjol deshuesados
80 gr. de almendras enteras (u otro fruto seco)
1 cucharada sopera de esencia de vainilla (o agua de azahar)
Para la mermelada de fresa:
150 gr. de fresas muy maduras
2 cucharadas soperas (rasas) de semillas de chía
Preparación
Pon las fresas en un vaso para batir junto con las semillas de chía. Bate durante 2-3 minutos hasta que fresas se hayan licuado.
Vierte la mezcla en un bol y ponlo en nevera, durante al menos una hora. Esto hará que las semíllas de chía se expandan y formen una gelatina.
Yo he tenido que parar algunas veces la batidora porque la mezcla es muy pegajosa y no giraban bien las cuchillas, y remover un poco con una cuchara.
Cuando los dátiles estén bien mezclados con la almendra, forma bolitas con la masa y dale forma de galleta.
Para que estén más firmes, resérvalas una hora en la nevera.
Servir, añadiendo la mermelada de fresa sobre la base.
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